Un curso más la redacción de deportes de EL ADELANTADO me permite compartir con ustedes reflexiones personales sobre cuestiones relativas a Segovia. Permítame que insista en lo de “reflexiones personales”, porque me he encontrado en este tiempo – ocho temporadas en diez años – gente que no termina de entender que lo que aquí escribo es mi opinión sobre aspectos concretos y que no pontifico con verdades absolutas ni pretendo convencer a nadie. Una vez hecha esta matización dirigida a los que andan escasos de comprensión lectora, asumo con pasión la tarea de poner el foco en lo que vaya surgiendo. Faltaría más.
Y en estas circunstancias afrontamos un ejercicio que se presenta con multitud de frentes abiertos: Los socios de la Gimnástica decidirán si su club se convierte en Sociedad Anónima Deportiva, comprobaremos si el plantel conformado por el Balonmano Nava llega para regresar a la Liga Asobal o si nos debemos ir acostumbrando a centrarnos en el apoyo al fútbol sala femenino, que sin duda es estupendo, por delante de un masculino agostado en categorías residuales. Con lo que hemos sido. Y como quiera que en el horizonte asoman elecciones, nos van a marear con promesas relativas a las vetustas instalaciones deportivas de la ciudad que a buen seguro quedarán en casi nada. Arriba excursionistas, es el Día de la Marmota.
También es año de comprobar si los excelentes deportistas: Javier Guerra, Águeda Marqués, Marina Muñoz, Idaira Prieto o David Llorente, entre otros, siguen llevando el nombre de Segovia con tanto orgullo por el mundo. Mucho que analizar sin temor a que nos aburramos.