Celebramos antes de ayer en Segovia, como en tantos lugares de España, la fiesta de la Guardia Civil, el día de la Hispanidad y la Fiesta Nacional con motivo de nuestra Patrona la Virgen del Pilar. ¡Qué día tan extraordinario para hablar de lealtad, honradez, respeto a las instituciones, a España y a la verdad! Siempre me emociona celebrar esta fiesta de la Virgen del Pilar -nuestra madre y Patrona-, con nuestra querida Guardia Civil, siendo a su vez el día de la Fiesta Nacional.
En Madrid también se celebró el Día de la Fiesta Nacional, con la presencia como siempre, del Jefe del Estado Español nuestro Rey Felipe VI.
Es conocido el republicanismo del Presidente Sánchez, lo cual respeto, como lo es también su intento de control, injerencia y abordaje de las distintas instituciones del Estado. Lo ha hecho ya con la Fiscalía General del Estado, con el INE, el CIS, RTVE, y presiones sobre distintas Autoridades Administrativas Independientes cómo la AIRef e incluso, con el propio Banco de España. Es irrefrenable su afán de controlarlo todo.
El miércoles pasado intentó una vez más utilizar como escudo la figura del Rey, y aprovecharse de la máxima autoridad del Estado, para evitar ser abucheado en público, siendo este comportamiento intolerable y perverso.
Sánchez, en su primera celebración del día de la Fiesta Nacional siendo presidente, ya tubo un comportamiento impropio al ponerse al lado de los Reyes para saludar a todos los invitados al Palacio de Oriente, teniendo que indicarle alguien de protocolo que su lugar no era ese, debiendo retirarse al lugar que le correspondía. Puede valer como justificación que aquella era la primera vez, que ya es justificar, pero que dos años después, en 2021 y en el mismo acto, retrasase voluntariamente su llegada, es un comportamiento indigno del presidente del Gobierno de España. Y ya a estas alturas y este pasado 12 de octubre, su comportamiento no tiene justificación alguna y es de auténtica falta de respeto, educación y provocación diría yo, hacerle esperar al Rey, jefe del Estado, más de dos minutos.
Este presidente se cree que está por encima de todos y no respeta a nada ni a nadie, y tal es así su prepotencia, vanidad, falta de educación y respeto a la Corona, que también el mismo miércoles, abandonó el Palacio de Oriente antes de que lo hiciera el Rey, cuando el protocolo establece que lo haga después de que lo haga el Jefe del Estado.
Aprovecharse pues de la Jefatura del Estado para evitar ser abucheado, hacer esperar al Rey, no llegar antes para saludar al resto de invitados y por último, marcharse de la recepción en el Palacio de Oriente, antes que el propio Rey, es de “juzgado de guardia”.
Como decía ayer la portavoz del PP en el Congreso, España necesita un nuevo tiempo político, el que representa Feijóo, protagonizado por el respeto a las instituciones, el acuerdo, el consenso, el pacto y la verdad. Otra forma de gobernar es posible y cada día somos más quienes deseamos el cambio.
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(*) Diputado Nacional del PP por Segovia.
