Vecinos y devotos de la localidad festejaron el pasado fin de semana ‘La Bajada de la Virgen’, cumpliendo con un ritual religioso con tradición desde hace siglos. La celebración completa el ciclo de un primer festejo, el más popular, que tuvo lugar el pasado mes de agosto, cuando se celebra la fiesta principal, ‘La Subida de la Virgen’, que popularmente se conoce como ‘el día de la Quema’. Después de permanecer casi dos meses la imagen de la Virgen de las Vegas en la Iglesia de la Inmaculada Concepción, la patrona regresó en procesión hasta su legendaria ermita (siglo XII), donde durante todo el año vela y protege al pueblo, desde el trono de su hermoso retablo (XVI), muy próxima a la ribera del río Eresma, junto al Camino de Santiago, un paso enaltecido aún más por el visitante, andariego o ciclista.
La comitiva iba encabezaba por el nuevo sacerdote, Helber Adan, y las mayordomas, que portaban los centros, María Teresa Martín y Beatriz Torres, junto a un nutrido grupo de vecinos, quienes acompañaron la carroza en el trayecto desde la iglesia hasta la ermita, entre el sonido de la música castellana, hasta llegar a la entrada del viejo atrio, desde cuya explanada Juan Álvarez, miembro de la asociación de la Virgen, realizó la subasta de los cuatro palos de la carroza. Después de la puja, la carroza entraba a la histórica ermita entre los acordes del himno nacional y la emoción de los presentes.
Una vez en su interior tuvo lugar la celebración de la santa misa y el canto de la Salve, con la posterior subida de la imagen de la Virgen a su trono. Concluyeron los actos con el regreso al pueblo, y un posterior refresco para vecinos y devotos en el salón municipal, siendo proclamados mayordomos del próximo año, Sonia Crespo y Javier Guinea.
