La Coalición de la Izquierda Radical (Syriza), clara vencedora de las elecciones griegas de este domingo, tardó apenas unas horas en cerrar un acuerdo de coalición para sustentar su Gobierno aprovechando los escaños del partido de derechas Griegos Independientes (Anel). Sin embargo, ambos partidos apenas están unidos por su rechazo a la política de austeridad y a la ‘troika’ de prestamistas internacionales.
El acuerdo anunciado incluye el voto favorable en la investidura parlamentaria del Gobierno del líder de Syriza, Alexis Tsipras, prevista para el 5 de febrero, pero pese a la confluencia ambas formaciones no han tardado en escenificar sus profundas diferencias ideológicas.
El líder de Anel, Panos Kammenos, exhibió su defensa de la fe ortodoxa, uno de los pilares de la identidad política griega desde hace décadas. De hecho, en unas polémicas declaraciones de mediados de diciembre, justificó su rechazo al Gobierno del primer ministro conservador Antonis Samaras porque “solo pagan impuestos los ortodoxos mientras budistas, judíos y musulmanes no los pagan”.
Así, mientras Kammenos se citaba este lunes con el arzobispo de Atenas, Tsipras, momentos después de tomar posesión como primer ministro en una ceremonia laica obviando el tradicional juramento sobre la Biblia, visitó el monumento a las víctimas de la matanza de Kaisariani, en Atenas, donde en 1944 los nazis ejecutaron a 200 activistas políticos griegos en represalia por la muerte de un general alemán en un ataque de la guerrilla.
Con estos gestos, Tsipras y Kammenos hacen patente sus profundas diferencias ideológicas que podrían provocar desencuentros en un matrimonio tan ‘contra natura’.
A favor de la relación está la enorme desigualdad entre las fuerzas parlamentarias de estos dos partidos. Mientras Syriza controla 149 escaños, a solo dos de la mayoría absoluta, Anel controla 13 asientos, lejos de los 20 que obtuvo en las elecciones de 2012.
Esos comicios, los de junio 2012, fueron la cumbre del poder político de Ane. El partido nació en febrero de ese año a partir de una iniciativa en Facebook de Kammenos, quien abandonó el partido Nueva Democracia, el más importante del campo conservador griego, para formar su propio partido después de negarse a apoyar con su voto de diputado a un gobierno tecnócrata.
Resultados
La campaña electoral, desarrollada principalmente a través de las redes sociales, permitió al partido de Kammenos hacerse con 20 escaños en el Parlamento gracias al 7,5 por ciento de los votos. Sin embargo, en las elecciones al Parlamento Europeo el efecto Anel perdió algo de fuerza y apenas consiguió un 6,6 por ciento de los votos.
En sus campañas, la formación aboga por el impago de la parte “odiosa” de la deuda y no duda en denunciar que Europa está gobernada por “neonazis alemanes”. Hasta denuncia que el rescate forma parte de una conspiración internacional contra Grecia y califica de “traidores” a quienes firmaron el memorándum, un discurso que les acerca a la Syriza más radical.
Posturas
“Puede que no estemos cerca de Syriza ideológicamente, pero no les pedimos que cambien su postura. Lo que les pedimos es que respeten lo que decimos y nosotros también respetaremos sus posturas”, afirmaba recientemente Kammenos.
Incluso en plena campaña Kammenos no dudó en postularse como socio de gobierno de la formación de izquierda radical hasta el punto de explicitar al detalle los ministerios que querrían controlar: Defensa, Educación y Asuntos Religiosos y defendió que su experiencia de gobierno -fue viceministro de la Marina Mercante- puede ser un buen apoyo para el Gobierno que forme Alexis Tsipras.
