La liberación de los tres cooperantes españoles secuestrados en Mauritania por terroristas islamistas está más cerca después de que ayer Al Qaeda en el Magreb soltara al rehén francés Pierre Camatte, capturado en Mali hace casi tres meses, en el norte de ese país del Sahel, según detallaron fuentes de seguridad malienses.
Los mismos informadores indicaron que Camatte se encuentra en buen estado de salud, al margen de unos pequeños problemas de visión debidos a su necesidad de usar lentes, y señalaron que la liberación se produjo por la tarde en la región de Kidal.
El Gobierno maliense confirmó la buena noticia y expresó su agradecimiento «al conjunto de personas que han intervenido para conseguir» este desenlace.
La rama magrebí de Al Qaeda había fijado un ultimátum hasta el pasado 20 de febrero, tras el que amenazaba con matar al francés si no se cumplían sus reivindicaciones, que incluían la excarcelación de cuatro presos islamistas detenidos en Mali. Esos cuatro activistas -dos argelinos, un mauritano y uno de Burkina Faso- fueron puestos en libertad el lunes, después de haber sido juzgados pocos días antes por un tribunal de Bamako que les condenó a nueve meses de prisión, pena que ya habían cumplido.
Camatte, de 61 años, fue secuestrado en un hotel de Menaka, en la región norteña de Gao, el 26 de noviembre, tres días antes de que tres cooperantes españoles fuesen capturados en Mauritania por un grupo de hombres armados y trasladados igualmente al norte de Mali.
Según distintas fuentes de seguridad, el francés se encontraba en poder de la facción más radical de Al Qaeda en el norte del país dirigida por el argelino Abu Zeid, el mismo grupo que mató el pasado junio al rehén británico Edwin Dyer después de que, según los terroristas, el Reino Unido no accediese a sus exigencias, que incluían la liberación de un islamista jordano detenido en Londres.
Además de a los cooperantes españoles Alicia Gámez, Roque Pascual y Albert Vilalta, la rama de Al Qaeda en el Magreb mantiene cautiva a una pareja italiana, sobre la que ha fijado un ultimátum hasta el 1 de marzo. El último comunicado de los secuaces de Bin Laden no hacía, sin embargo, referencia a los catalanes, que, según fuentes de seguridad malienses, se encontrarían en poder de la facción de Al Qaeda dirigida por el también argelino Mokhtar Belmokhtar.
Mutismo del general
Pocas horas antes, el director del CNI, el general Félix Sanz Roldán, que compareció ante la Comisión de Fondos Reservados para dar cuenta de la crisis del pesquero vasco Alakrana, rehusó aportar ningún detalle sobre la marcha de las negociaciones para liberar a los cautivos, del mismo modo que se negó también a contestar a las preguntas de la oposición en torno a la cuantía y procedencia del rescate que se abonó a los piratas que retuvieron 47 días al atunero vasco.
A la hora de justificar su silencio, el jefe de la inteligencia patria argumentó que todo lo concerniente a la crisis del buque es materia reservada y que, en tanto no lo desclasifique el Consejo de Ministros, la ley le permite negarse a dar explicaciones.
Eso sí, el militar insistió en que el CNI cumplió la ley «en todo momento» y no cometió error alguno. Tal ausencia de autocrítica choca frontalmente con la realidad, puesto que durante el cautiverio sus agentes protagonizaron errores tan notables como el engaño de un timador que se hizo pasar por ministro somalí y al que habrían entregado otra cantidad indeterminada de dinero. Además, fueron incapaces de detectar la estratagema de los piratas, que nunca desembarcaron a los marineros, sino solamente sus teléfonos móviles.
Cabe recordar que la misma táctica de ocultación ha sido utilizado reiteradamente por el CNI para negar información al juez Pedraz, que investiga el caso para esclarecer si se produjo «colaboración con organizaciones dedicadas a la piratería».
