Una vez que Fomento dejó bien claro que su única opción consiste en rebajar, sí o sí, los sueldos de los controladores, la pretendida negociación amistosa entre AENA y el privilegiado colectivo estaba abocada al fracaso. Así lo confirmaron ayer ambas partes, que dieron además la impresión de estar deseosas de que el conflicto estalle definitivamente. De hecho, el actual callejón sin salida no disgusta del todo a AENA, puesto que, en caso de no rubricarse una nueva regulación laboral, será el Gobierno quien tenga la potestad de fijar los salarios y la jornada de los controladores, quienes, a su vez, parecen haberse dado cuenta de que solo demostrando su poder mediante nuevas huelgas encubiertas que provoquen el caos en los aeropuertos conseguirán una posición de fuerza para defender los más de 300.000 euros que, como promedio, cobra anualmente cada uno de ellos.
Por supuesto, con tales prolegómenos a nadie debe extrañar que unos y otros se tiraran ayer los trastos a la cabeza.
Por parte de AENA, su presidente, Juan Ignacio Lema, fue el encargado de anunciar que el diálogo está zanjado. «No tenemos más remedio que darlas por rotas -las conversaciones-, ante el bloqueo que ha realizado el sindicato de controladores».
A juicio del jefe de Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea, el colectivo ha planteado «una estrategia consistente en prolongar las negociaciones para llegar al 31 de marzo, fecha final de la validez del convenio, para imponer sus condiciones, que son inaceptables».
En su opinión, los controladores «han negociado con mala fe», y eso es algo «que no podemos aceptar», y menos después de haber «leído que están dispuestos a colapsar el tráfico en Semana Santa».
Según Lema, la petición de los controladores suponía pasar de los 780 millones de euros de masa salarial para 2009 a 820 millones en este año, 840 en 2011 y 910 en 2012, algo «totalmente en contra de lo que AENA pretende». Aún con más detalle, el jefe de AENA pormenorizó que, de hacer caso a las pretensiones que estaban sobre la mesa, un controlador se retiraría «a los 52 años con una media de 170.000 euros al año»
Como si se tratara de un mundo distinto, la visión que dieron los controladores de la situación fue diametralmente opuesta. Según Rafael López, dirigente de la Unión Sindical de Controladores, ha sido AENA quien ha roto, «de manera unilateral», las negociaciones «por imposición externa». A juicio de estos profesionales, Fomento ha montado «una campaña política para escenificar un conflicto que no existe». Además, tras reiterar que, pese a sus amenazas, no hay «medidas de presión» por su parte -tales como una huelga-, el sindicato aseguró que los controladores se comprometen a dar servicio.
No obstante, por si acaso se les olvidan tales promesas, el ministro Blanco El ministro de Fomento, José Blanco, hizo un llamamiento a la Dirección General de Aviación Civil para que proponga las «medidas» que considere necesarias para «garantizar de derecho de los ciudadanos a volar con total tranquilidad» durante Semana Santa.
Precisamente el titular de Fomento fue el blanco de las críticas de la Asociación Española de Usuarios, Empresarios y Profesionales del Transporte Aéreo (Asetra) que pidió su dimisión por la «ineficacia» demostrada durante las fracasadas negociaciones.
