La efectividad del Betis, que se encontró ayer la victoria en dos errores defensivos del Atlético, aceleró la sentencia de Gregorio Manzano al frente del banquillo del equipo rojiblanco, que sufrió su primera derrota de la temporada en el Vicente Calderón, escenario de la enésima decepción del curso.
El futuro del técnico ya está definido. A la espera de la decisión de la directiva, en las próximas horas o después del choque de Copa del Rey del miércoles ante el Albacete, el entrenador agota sus últimos días en el cuadro local.
De nada le sirvió su buen primer tiempo, en el que se sintió el dueño del choque.
En cinco minutos, el colombiano Radamel Falcao tuvo dos. Sus remates fallidos, el primero con la cabeza y el segundo con el pie, en dos acciones con pinta de gol, aún más con el poder en el área del ariete, se perdieron a unos centímetros de la portería del guardameta bético Casto.
No se vio al Betis con claridad por el área del belga Thibaut Courtois, de vuelta a la meta local tras su suplencia del jueves, hasta mediado el primer tiempo, siempre en jugadas surgidas de alguna concesión defensiva rojiblanca, como un resbalón o un exceso de confianza desaprovechados por el inocente ataque verdiblanco.
El Betis, arrinconado por momentos en su campo, replegado a la espera de la ofensiva local, sólo tiró dos veces en 45 minutos, con un disparo flojo de Iriney y un intencionado lanzamiento de falta de Beñat, acciones aisladas entre el dominio del Atlético, con más y mejores ocasiones, canalizadas por Arda Turan, pero sin puntería.
No acertó el uruguayo Diego Godín en un cabezazo, tampoco Diego en un magnífico pase del centrocampista turco, protagonista después de un empalme detenido por Casto, en un duelo que se complicó para el conjunto rojiblanco en el comienzo de la segunda parte, en uno de los habituales desastres defensivos del Atlético.
Godín perdió un balón en medio campo, en una de sus arrancadas con la pelota sin sentido, se quedó sin espacio, le robaron la pelota y surgió el contragolpe del Betis, con fortuna, beneficiado por un nuevo rechace que controló Pozuelo, con camino libre hacia la portería de Courtois por un resbalón de Domínguez.
Por otro lado, el 0-1, en el minuto 55, rompió la tregua de la afición hacia Gregorio Manzano, aún más con un doble discutido por los seguidores, no por la entrada de José Antonio Reyes y Koke, sino por los sustituidos, Diego y Arda Turan, con desventaja en el marcador y con la necesidad de toda la artillería para levantar el encuentro.
La misión era una remontada imprescindible en su decepcionante trayectoria en el campeonato para un Atlético que se embarcó en una carrera contrarreloj en busca de al menos el empate y que se vio de pronto en superioridad numérica, por una discutible segunda amarilla a Pozuelo, pero sin argumentos para derribar a la zaga verdiblanca.
Tuvo algo más de cuarto de hora por delante, un par de ocasiones de Adrián, una despejada con una estirada espectacular de Casto y muchos minutos de desesperación, sin la fórmula para penetrar en la cerrada defensa del Betis, con el 0-2 de Roque Santa Cruz (minuto 90) y sin capacidad para alterar su condena a una nueva derrota, ya definitiva para el futuro de Manzano.
