En cuanto comience a ‘caer’ el frío por aquí me liaré la manta a la cabeza y me la quitaré ¡cuando llueva! Pues, de tal forma se ha ‘metío’ el calor en la sesera que me está perjudicando hasta para jugar al chito. ¡Anda que no!
Pues mira tú. Estuve paseando por casos y cosas ocurridas a finales del siglo XVIII en Valverde del Majano y me encontré con la creación de una Compañía, año 1798, formada por 24 oficiales, cardadores de lana ellos. Dio forma legal a la aventura el escribano de Abades, Eugenio Moreno. Buscaban en ella ‘su beneficio económico y común apoyo ante la adversidad’. De la compañía podían formar parte ascendientes de los que firmaban y que fueran cardadores. Se dejaba constancia en los estatutos que ‘el mal comportamiento conlleva la expulsión y pérdida del dinero entregado’. La cuota establecida para los fines referidos, era de ocho maravedís ‘pagaderos todos los domingos del año’.
Créanme si les digo que por el año 1800 había en el pueblo un censo de 58 labradores. El más rico del lugar era Pablo Tabanera, pues tenía una renta anual declarada de 6.500 reales de vellón. Era, también, el valverdano que más contratos notariales firmaba; era fiador de muchos de los negocios que iniciaban otros y fue alcalde de su pueblo en el año 1813. En su testamento, 1837, dejó 1.400 reales para la reedificación de la Ermita de La Soledad.
Siguiendo la noticia describo también que del número total de agricultores, ya referido, era de 55, estos con ingresos anuales entre 40 y 250 reales. Es decir, la otra cara de la moneda, Entres estos últimos se encontraba José Albornos, abuelo materno de Agapito Marazuela, que también oficiaba de pastor.
El censo de vecinos en el referido año era de 989 (1).
El lugar donde La Virgen de la Aparecida estuvo enterrada se descubrió en 1623. Estaba ubicado en el despoblado de Mazuelos. La encontró un carpintero, cuando iba a ejercer su profesión. La Ermita que en el lugar se levantó llevó el nombre de La Magdalena; posteriormente fue Virgen del Sepulcro y desde 1631 el de Nuestra Señora de La Aparecida.
Capítulo aparte para glosar nombres de quienes, habiendo nacido en Valverde, destacaron por iniciativas y, sobre todo, trabajo:
– Nicomedes García Gómez. Emprendedor, fundador de empresas, desde transportes de viajeros a las de publicidad, navieras o banca, bebidas espirituosas… su donación a Valverde del Polígono Industrial, fue su gran aportación al lugar donde nació.
– Teófilo Ayuso Marazuela. Sacerdote. Académico de la Real Academia de la Historia. Podía hablar en diez idiomas diferentes. Fue prelado doméstico de Su Santidad, de donde recibió el nombramiento de Monseñor.
– Manuel José de Frutos Huerta. Nació en 1811. Unas veces andando, otras a pie y también en barco, se llegó hasta Nueva Zelanda a bordo de un ballenero norteamericano, al que había subido en Perú en 1835. En las Antípodas formó familia que resultó numerosa, lo que llevó, entre otras ‘razones’, al hermanamiento de Valverde y la ciudad de Gisborne, donde reside una gran parte del clan maorí de los Paniora. Españoles de lengua maorí.
– Agapito Marazuela Albornos. Posiblemente el más grande flolklorista de Castilla. Guitarrista extraordinario y recopilador, a lo largo de su vida, de cantos populares y tradicionales de la ancha Castilla.
– Francisco González Ayuso. Políglota, orientalista y filólogo. En el siglo XIX hablaba francés, italiano, portugués, alemán, hebreo, griego, árabe… muy probablemente el mayor experto español en lenguas semíticas del XIX. Miembro de la RAE (1894).
– Manuel Gómez Tabanera. Militar de profesión. Su familia era propietaria de un molino harinero. Cuando en 1897 se incendió la iglesia de Valverde, hizo entrega de 5.000 pesetas (una fortuna entonces), para contribuir a su arreglo. Hijo predilecto del pueblo.
– Hilario Tabanera Huertas. Dedicado al transporte de productos agrarios desde 1940. Contó con una línea de transporte diario con Madrid. Junto a sus tres hijos, Esteban, Hilario y Fernando, fundó y mantuvo una empresa ejemplar que, diversificada, ha continuado su saga.
Llegado a este ‘tramo’ afirmo que todo lo realizado en Valverde, y ha sido mucho a través de los siglos, no habría sido posible sin la aportación de sus mujeres. Todas.
Fin de ‘fiesta’. Vayan estas líneas dedicadas a Alfredo, Esteban, Juan, Paco, Marcos… grandes jugadores de Chito y propagadores de amistad.
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(1) El censo en el año 2021 era de 1112 habitantes. 524 eran mujeres y 540 hombres.
