El curso escolar 2022/2023 comenzará sin los protocolos específicos que obligó a imponer la explosión de la pandemia del covid-19. La decisión que ya se manejaba en círculos internos del ámbito educativo, al menos para el inicio de las clases, ha sido hecha pública por la consejera de Educación, Rocío Lucas, en sus últimas manifestaciones, después de que distintos partidos políticos, asociaciones, sindicatos y organizaciones municipales hubieran criticado la tardanza en aclarar esta medida.
Rocío Lucas anunciaba el miércoles en Burgos que, a diferencia de los dos años anteriores, en el curso que comienza este mes de septiembre no se aplicará el protocolo de seguridad contra el covid-19 por la mejora de la situación sanitaria.
Educación recuerda que la aplicación del protocolo covid – que incluía la desinfección de aulas, distancia social y el uso de mascarillas por docentes y alumnos, entre otras medidas – se debía a la situación de pandemia y era fruto de los acuerdos entre los ministerios de Educación y Sanidad y las Comunidades Autónomas.
Rocío Lucas explicaba que “las autoridades sanitarias no nos han transmitido ninguna situación de pandemia”, por lo que la Consejería encara esta nueva etapa con “normalidad” y con la vista puesta “en desarrollar mejoras importantes”, como las acordadas con los sindicatos en relación a ratios y de horarios de los profesores. “Aspectos importantes, pero ya sin el metro y medio, la mascarilla… sin esos protocolos de seguridad del ámbito educativo”, afirmaba la consejera.
Sin embargo, los medidores de CO2, que se adquirieron por parte de la Junta el curso pasado con motivo de la pandemia para adecuar mejor la ventilación de cada aula en cada momento al facilitar una óptima calidad del aire, continuarán en las clases para la eficiencia energética y el confort de los alumnos.
La Junta compró el año pasado 16.239 dispositivos con un desembolso de 1,4 millones de euros.
