El Osasuna se convirtió ayer en equipo de Segunda, a pesar de vencer al Betis en un duelo marcado por la tragedia que sobrevoló El Sadar cuando una valla del estadio cedió tras el primer tanto ‘rojillo’, provocando un total de 40 heridos, seis de los cuales tuvieron que ser hospitalizados.
A los 12 minutos del inicio, Riera encontró la suerte y pudo marcar el primer gol de los navarros, desatando el júbilo en la grada y dejando al equipo más cerca de la permanencia a la espera de los resultados de los otros partidos.
La alegría de los aficionados locales estuvo a punto de acabar en desastre cuando la barrera del Graderío Sur se desplomó en medio de la celebración, provocando la caída de varias personas al foso. Esto provocó que el árbitro decidiera suspender momentáneamente el encuentro.
Tras 35 minutos parado, Martínez Munuera decidió reanudar el encuentro. Los navarros no perdieron la intensidad inicial y aumentaron la distancia con el segundo tanto local, obra de Acuña.
Sin embargo, los resultados de Getafe y Almería no acompañaban a un cuadro ‘rojillo’ que se fue relajando más y que fue dejando al conjunto verdiblanco la pelota y las ocasiones más claras. Finalmente, esas oportunidades se transformaron en gol, obra de Chica tras un gran disparo.
El tanto de los andaluces cerró el marcador de un Sadar que mantuvo sus esperanzas de permanecer hasta el final y que, finalmente, agradeció a sus héroes el esfuerzo de las últimas jornadas animando sin parar, pese al descenso.
