Durante los últimos días, el presidente de EEUU, Barack Obama, había insistido, con varios dirigentes internacionales, en preparar una transición política en Siria, una tarea que parece lejana, teniendo en cuenta que la violencia se multiplica en el país por momentos. Quizá por ello, y viendo que la solución pacífica no parece llegar a buen puerto, y contemplando la barbarie que se vive en la nación árabe desde hace más de 17 meses, el mandatario firmó una orden secreta para autorizar el apoyo de Washington a los opositores al régimen de Bachar al Asad en su lucha contra las fuerzas gubernamentales.
Tal y como desveló ayer una fuente de la Casa Blanca, este precepto permite a la CIA y al resto de agencias norteamericanas llevar a cabo operaciones de cooperación con los rebeldes, con el único fin de conseguir derrocar a Al Asad.
Además, la orden recoge la colaboración de EEUU con un centro de comando secreto dirigido por Turquía con la colaboración de Qatar y Arabia Saudí.
Estas informaciones apuntan a un paso adelante del Gobierno estadounidense a los insurgentes que, hasta el momento, se ha limitado a la ayuda no letal, según el Ejecutivo de Obama. De hecho, Estados Unidos aumentó hasta los 25 millones de dólares (algo más de 20 millones de euros) la ayuda no letal que entregará a la oposición siria.
La portavoz del Departamento de Estado estadounidense, Victoria Nuland, apuntó que Washington «ha dicho durante todo este tiempo que está preparado y deseoso de entregar apoyo no letal a la oposición siria». «En vista de que ese apoyo ha sido absorbido, hemos decidido aumentar la cantidad de apoyo no letal entregado», argumentó. «Además, vamos a expandir nuestra coordinación y cooperación con otros países que han elegido entregar otro tipo de apoyo», añadió, en referencia a la entrega de armamento por parte de terceros países, presuntamente Arabia Saudí, Qatar y Turquía.
Amainan los ataques
Mientras tanto, los combates se apaciguaron en la jornada de ayer, en la que los rebeldes sirios atacaron un aeropuerto militar ubicado unos 30 kilómetros al noroeste de la disputada ciudad de Alepo, según informó el Observatorio Sirio de los Derechos Humanos. La insurgencia lanzó su ofensiva con un tanque que había arrebatado antes a las tropas de Bachar al Asad.
Además, un informe elaborado por Naciones Unidas y el Gobierno sirio desveló que hasta tres millones de personas necesitarán ayuda alimentaria y en el sector de la agricultura y la ganadería durante los próximos 12 meses.
De esa cifra, cerca de la mitad precisarán asistencia alimentaria «urgente e inmediata» durante los próximos tres o seis meses, especialmente en aquellas zonas del país más afectadas por el conflicto.
