La Gimnástica Segoviana sigue dependiendo de sí misma para hacerse con el título de Liga. Esa es la mejor conclusión que se puede sacar del encuentro que el conjunto azulgrana disputó ante el Numancia B, y que acabó con la victoria local lograda con mucho más suspense de lo que en un principio pueda parecer a tenor del marcador final.
Porque una cosa es que el equipo de Paco Maroto dependa de sí mismo, y otra que no sienta la presión del Burgos, que el sábado ganó en Venta de Baños. La Segoviana saltó al campo con el que fácilmente pudiera ser su once de gala cambiando a Rubén por Víctor Pérez, pero durante más de una hora apenas pudo generar algo de fútbol frente a un rival que puso sobre el rápido e irregular terreno de La Albuera mucho orden en su sistema defensivo, y no menos sacrificio físico, ya que sus jugadores corrieron como demonios durante los 95 minutos que duró el choque.
Los aficionados presentes en el campo tardaron exactamente tres minutos en presagiar que la Segoviana iba a sufrir en el encuentro. Ese fue el tiempo que tardó David Durán en hacer la “duranina”, entregando el balón con el pie al delantero Gerard cuando su intención era devolverlo de primeras a Chema. El portero de la Segoviana arregló el desaguisado salvando el mano a mano con el delantero del Numancia B, pero ya no es la primera ni la segunda ocasión en la que está a punto de complicarle la vida a su equipo jugando con demasiada confianza con el balón en los pies.
Durante toda la primera mitad los de casa se atascaron de lo lindo en el centro del campo, por varias razones. La más importante, porque los jugadores del Numancia B hicieron un derroche físico digno de elogio, pero también por la propia falta de precisión de los futbolistas gimnásticos, que en no pocas ocasiones erraban pases fáciles. La presión vale para todos, incluso para los que llevan sin fallar toda la temporada.
Un amago de chilena de Maikel y un remate demasiado cruzado de Rubén fueron el único bagaje ofensivo de la Segoviana en todo el primer tiempo. Demasiado poco para el líder de la Liga, que al menos en defensa no mostraba demasiadas fisuras, aunque Gerard fue un incordio durante todo el choque.
Tras el descanso, el cuadro azulgrana comenzó a hilvanar mejor sus jugadas, aunque con un apagón importante cuando el balón llegaba a las inmediaciones del área de Miguel Ángel, que curiosamente no hizo una sola parada en el partido, y acabó encajando dos goles. Fran se hartó de abrir el campo y de intentarlo, pero con escasa fortuna en los centros. Mariano estuvo especialmente desacertado, al igual que Maikel, y Dani apenas recibió un balón en condiciones cerca de su zona de influencia.
A veinte minutos para el final, una fea entrada de Gabi sobre Fran puso al central del Numancia B de patitas en el vestuario por doble amonestación. Redobló la Segoviana sus esfuerzos por marcar un gol, y la presencia de Otero en la banda izquierda añadió un elemento más de peligro para el ataque gimnástico que acumulaba hombres en el área visitante, un hecho que en ocasiones fue más perjudicial que beneficioso.
A cuatro minutos para la conclusión, Otero se lleva un balón a trompicones desde la izquierda hasta el centro, y su centro es prolongado por Anel hasta Fran Dorado, que cruzó su remate para hacer el 1-0. Hubo algo de tensión al final del partido, pero la defensa local se mantuvo firme, y Otero cerró sus buenos minutos sobre el campo marcando de falta directa en la última acción del encuentro. Las sensaciones que dio el líder no fueron buenas, pero a estas alturas de la Liga no cuentan las sensaciones, sino los puntos.
Paco Maroto: «A estas alturas lo que cuenta es ganar»
Paco Maroto estaba contento por la victoria de la Segoviana, “conseguida ante un rival que juega bien al fútbol, y que fuera de casa estaba dando más de un susto a los equipos mejor clasificados. Hemos estado un poquito imprecisos en los pases, pero a estas alturas de la competición los tres puntos son fundamentales, y en esta ocasión nos los hemos quedado nosotros”.
Pese a la victoria, las sensaciones que ofreció la Segoviana no fueron las mejores, sobre todo en cuanto a juego se refiere, “quizá porque la responsabilidad empieza a pesar, y todos podemos acusar los nervios y la tensión. Pero el equipo ha estado seguro y solvente atrás, y siendo así estamos convencidos de que ocasiones para marcar vamos a tener. En este partido he contado cuatro oportunidades claras para marcar, y dos han acabado entrando. No creo que la expulsión del jugador del Numancia haya sido la clave del partido, aunque no cabe duda que a nosotros nos ha dado la ocasión de hacer un cambio táctico, abriendo un poco más el campo dando entrada a Otero. Al final ha salido bien”.
