La selección española logró ayer la medalla de bronce en el Eurobasket de Eslovenia tras vencer en el partido por el tercer puesto a Croacia (92-66) en un encuentro en el que destacó Sergio Llull con 21 puntos.
Lo que diferencia a un equipo ganador de uno que no lo es, es la actitud, y la ‘roja’ lleva ya mucho tiempo siendo un equipo vencedor. No habían pasado ni 48 horas desde que Francia les apeó de la final y los jugadores tenían que saltar a la pista a por una medalla que parecía menor. Y lo hicieron con intensidad, apretando a Croacia desde el inicio y poniéndose por delante en el marcador, algo que duró desde el minuto 1 al 40.
Los balcánicos, de la mano de Bogdanovic, con 19 puntos al descanso, trataron de aguantar el chaparrón y lo consiguieron a duras penas. Pudieron contener a Rudy, a Calderón y a Ricky, pero resultó que no era el día de ninguno de ellos, era el día de Llull.
El menorquín es un jugador de rachas, pero el día que está entonado es un espectáculo, contagia al resto del equipo y ayuda en defensa y en ataque. Acabó con 14 puntos los primeros 20 minutos, incluido un triple sobre la bocina que cerró el segundo cuarto y sepultó las pocas opciones que aún podían tener los croatas.
Al balear le secudaron dos hombres que llevaban un Eurobasket muy diferente. Por un lado Claver, que acabó con 16 puntos y la sensación de que cada partido que ha ido disputando le ha ido haciendo crecer. Cada vez más ‘enchufado’ y asumiendo responsabilidades. Por otro lado, el mejor pívot del mundo en la actualidad, Marc Gasol.
Lo del mediano de los Gasol merece capítulo aparte. Ha hecho un Europeo magistral. ha guiado a su selección al podio, ha hecho mejores a todos y cada uno de sus compañeros y se ha ‘merendado’ a todos y cada uno de los pívots a los que se ha enfrentado. Estará en el quinteto ideal del torneo de Eslovenia y a poco que se le rodee bien, la selección se asegurará muchas medallas más en grandes competiciones.
La clave a la hora de analizar este encuentro no debe buscarse en la estadística, en la que se puede ver que España fue superior a Croacia en casi todo. El combinado no perdió un solo balón en la primera mitad y lanzó en un 50% (30/60) en tiros de campo. La clave hay que buscarla en aquello que diferencia a un equipo ganador de uno que no lo es tanto, la actitud.
Así pues la selección española logró con ésta la undécima medalla de su historia en un Europeo, y la tercera de bronce. Y espera ya la siguiente cita de selecciones, que será el Mundial que se disputará al calor de su gente el año que viene.
