Treinta y un soldados de EEUU y siete afganos murieron la noche del pasado viernes en el centro de Afganistán al estrellarse su helicóptero en el transcurso de una operación contra los talibanes, que aseguraron haber derribado el aparato.
Éste ha sido el más sangriento suceso para las tropas estadounidenses desplegadas en el país asiático desde el inicio de la campaña, en el año 2001, donde continúan presentes más de 130.000 militares de la Alianza Atlántica, la mayoría norteamericanos.
Por su parte, el presidente afgano, Hamid Karzai, envió sus condolencias a su homólogo estadounidense, Barack Obama, y también a las familias de las víctimas del suceso. «El aparato se estrelló por la noche en la provincia de Maidan Wardak y como resultado del siniestro perecieron 31 militares de las fuerzas especiales de EEUU y siete afganos», señaló.
El helicóptero, un Chinook de doble hélice, se precipitó en el marco de una operación contra los terroristas. Así, un portavoz talibán, Zabiulá Muyahid, señaló que sus milicias lanzaron un proyectil contra la aeronave y que mataron «a 38 soldados extranjeros».
Por la tarde, la misión de la OTAN en el país (ISAF) seguía sin especificar la causa del suceso ni proporcionar un recuento total de víctimas. «Nuestra información indica que había actividad del enemigo en la zona», precisó la organización, que añadió estar analizando los hechos y apuntó que sus agentes estaban ocupados en tareas de recuperación del aparato.
El golpe más mortal
Con éste, se han producido ya 17 casos de derribos, accidentes o aterrizajes forzosos de helicópteros de la Alianza en Afganistán en 2011, y los talibanes suelen atribuirse los hechos, aunque es imposible verificarlas de manera independiente.
Ayer mismo, la organización informó de que otro de sus aparatos se vio obligado a aterrizar por problemas técnicos, sin que se registraran víctimas mortales.
Los más graves sucesos para las tropas estadounidenses en kabul eran hasta ahora un accidente y un derribo de helicópteros Chinook en 2005 que, con apenas tres meses de diferencia, causaron en total 34 fallecidos, tres de ellos civiles. Ese mismo año, en agosto, otros 17 soldados españoles murieron al estrellarse su aparato cerca de la ciudad de Herat, en el noroeste afgano.
Así, a lo largo de 2011 han perecido ya, sin contar las vívtimas por la caída del helicóptero, 344 militares extranjeros. Y las cifras van en aumento ya que los combates siguen siendo constantes.
