La recuperación económica europea perdió fuerza en el último trimestre de 2009, cuando tanto la zona euro como el conjunto de los Veintisiete Estados miembros registraron un crecimiento del PIB de tan solo un 0,1%, un resultado inferior a lo previsto.
Este exiguo incremento contrasta con el registrado durante los tres meses antes, cuando el Producto Interior Bruto (PIB) aumentó un 0,3% en el conjunto de la Unión Europea y un 0,4% entre los países que comparten moneda.
Además, de octubre a diciembre de 2009, la única economía de la zona euro entre las cuatro fuertes que se incrementó fue la de Francia, con un ascenso del PIB del 0,6%, mientras que el motor económico alemán se estancó (0%), después de haber crecido un 0,7% el trimestre anterior.
En cuanto a la economía nacional, los datos publicados por Eurostat confirman la caída trimestral del 0,1% que ya había adelantado el Banco de España. Esta cifra negativa muestra en realidad una mejoría, si se tiene en cuenta que la actividad económica se contrajo un 0,3% en el tercer trimestre.
La Comisión Europea se pronunció ayer sobre los últimos datos económicos conocidos y reconoció que se encuentran «por debajo de lo esperado», lo cual muestra que «todavía hay mucho que hacer en términos de recuperación» económica.
«Hay reactivación y ésa es la buena noticia. Pero, por otro lado, hay fragilidad y no podemos echar las campanas al vuelo», aseguró el nuevo portavoz de Asuntos Monetarios, Amadeu Altafaj.
Según el portavoz, esto indica la necesidad de continuar con las «políticas fiscales que fomenten el empleo y el crecimiento», pero sin perder de vista el hecho de que, «en algún momento, habrá que retirar los instrumentos de estímulo fiscal para regresar a unas finanzas públicas más saneadas».
«Hay que evitar aumentar la deuda y que su peso nos impida trabajar en una recuperación a largo plazo. Están en juego cosas tan básicas como las pensiones del futuro», insistió Altafaj.
El temor a que Europa no recupere un crecimiento potencial suficiente para crear empleo y mantener el estado del bienestar dominó el debate que el pasado jueves dedicaron los líderes de la UE a la difícil situación económica, y con especial atención a la difícil situación financiera de Grecia. El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, dibujó un panorama inquietante: «la crisis se ha llevado por delante avances asentados», resumió.
La evolución del PIB en 2009 fue la peor desde los años 30 (-4%); la producción industrial (-20% debido a la crisis) retrocedió al nivel de los años 90; y la tasa europea de desempleo podría alcanzar el 10,3% en 2010, como en los 90.
La crisis ha reducido el potencial de crecimiento de la UE a la mitad y, «si no hacemos nada, terminaremos la década con un crecimiento económico muy bajo», alertó el presidente del Ejecutivo.
Para salir de la actual crisis, y evitar caer en una «década perdida», Durao Barroso propuso tres prioridades: un crecimiento basado en el conocimiento y la innovación; una sociedad inclusiva con altos niveles de empleo; y un crecimiento «verde».
Los datos publicados por Eurostat confirman que la economía de los países del euro acumuló una caída del 4% en todo el año 2009; mientras que en el conjunto de la Unión Europea fue del 4,1%.
