Las autoridades alemanas esperan que durante el fin de semana al menos 11.500 inmigrantes y solicitantes de asilo lleguen a las fronteras del país, mientras que 2.800 personas cruzaron la frontera desde Hungría hacia Austria en las primeras horas de ayer en una nueva jornada de viaje en su lento camino al centro de Europa después de que Hungría les haya permitido seguir adelante. Alemania contabilizó 6.800 entradas este sábado y las previsones para ayer eran cerca de 5.000 llegadas En Múnich, una decena de voluntarios repartió chocolate y plátanos a unas 600 personas que llegaron en dos trenes. Más tarde llegaría un tercero con unas 450 personas a bordo, la gran mayoría procedentes de siria, explicó una portavoz del estado de Baviera.
Desde la estación de tren fueron trasladados en autobuses hasta los centros de recepción, donde se les sometió a una revisión médica y se les dio alimento y ropa limpia. Muchos aseguran venir de Siria, mientras que otros proceden de Afganistán o Irak. En otro gesto solidario, ayer mismo partió de Viena hacia Hungría una columna con 140 coches y furgonetas para llevar ayuda urgente a los refugiados y cargar además a los que se pueda en el trayecto de vuelta hacia la capital austriaca.
En la Estación de Keteli, en Budapest, todos los inmigrantes y refugiados pudieron abordar los trenes de forma libre siguiendo decenas de carteles escritos en árabe con indicaciones sobre los trenes que se dirigen hacia la frontera con Austria. Mientras, decenas de voluntarios se afanaban en entregar alimentos y ropa a los cientos de personas que esperaban para poder tomar un tren.
