Hace una semana que finalizó la cumbre de la OTAN celebrada en España. OTAN, mientras no se asegure la política de disuasión y la prohibición de la venta de armas, huele a guerra, muerte y destrucción. Uno de los efectos negativos más graves que produce la guerra es la muerte de personas y la destrucción de la creación.
Frente a esto surge el tiempo de la creación. Ha nacido el tiempo para amar a toda la creación: personas y seres vivientes e inertes. El sol, la luna, los peces, los animales, los seres humanos forman un conjunto interrelacionado que se complementan y se dan sentido. El ser humano pone voz al cuidado de la naturaleza.
La Diócesis de Segovia ha querido unirse al tiempo de la Creación ofreciendo, entre otras actividades, la oportunidad de contemplar la grandeza de lo creado desde la capilla de la adoración y organizando su segundo concurso de fotografía que durante este mes Julio se expone en el Torreón de Lozoya.
Este tiempo de la Creación especial se celebra cada año, desde el 1 de septiembre, con la Jornada Mundial de Oración por el cuidado de la Creación, hasta el 4 de octubre, festividad de San Francisco de Asís. Siguiendo la invitación del Papa Francisco, cada año son miles de personas e instituciones de todo el mundo que se comprometen en la protección de la Casa común.
Durante décadas, los cristianos de todo el mundo, en respuesta a Laudato SI, se han unido en el Tiempo de la Creación para reconciliarse con el Creador a través de la comunión con la creación.
Ahora, conmocionados por las crisis actuales, reconocemos la importancia de restaurar las relaciones que nos sustentan. Esto requerirá una acción audaz por parte de todos. El Tiempo de la Creación es una oportunidad para actuar como una familia humana y cristiana.
Esta propuesta del tiempo de la creación promovida por diversas asociaciones cristianas no quiere quedar encerrada en sí misma. Está abierta a otros grupos y movimientos religiosos y sociales que se esfuerzan por valorar positivamente la creación. Los políticos se centran en el medio ambiente orientados hacia la búsqueda del protagonismo y adquisición de votos; los negociantes ponen su acento en el reciclaje del consumo buscando el negocio; pero los auténticos ecologistas se encaminan hacia el respeto de la naturaleza cuidando que cada especie funcione por sí misma.
La exposición sobre “el agua de la vida” tiene como funciones: Priorizar el valor del agua como bien público, es decir, priorizar la política del agua; dar importancia a las políticas de demanda o respondiendo a las necesidades de agua más que a la gestión de oferta o del negocio. En este sentido, se ha de acabar con la super-explotación de los acuíferos y saber recoger el agua de la lluvia.
El mercado no debe ser el actor principal en cuestiones que no le pertenecen, como es la justicia, la salud y el consumo de las necesidades primarias: agua, pan, aire, sol. Para ello, los nuevos modelos de gestión dentro de la comunidad económica europea deben construirse desde la sostenibilidad, la gestión ambiental, la gobernanza democrática y el cuidado de la naturaleza y de la persona humana desde el inicio de su gestación.
La falta de acceso a una energía limpia y sostenible determina muchos aspectos de la vida humana y de su desarrollo: condiciones de vida, salud, género o educación. Las políticas de empresas y gobiernos débiles tienen incidencia en el medio rural: propiedad de los terrenos, exclusión de la población en las decisiones sobre desarrollo de grandes infraestructuras energéticas, falta de participación personal. Es un asunto transversal para el desarrollo.
Hay soluciones para poder cambiar estas tendencias y conseguir acceso a la energía limpia, renovable y sostenible. Las energías renovables son fuente de energía continua e inagotable: así sucede con la cogeneración y las tecnologías biomasa (elimina residuos y es no contaminante). La solar (calor /fotovoltaica), es barata y transforma muy directamente la vida de las comunidades en las que se instala. Se logra una alta calidad de la energía, tiene bajo precio y mantenimiento. La energía eólica está menos presente en la producción, pero cubre la demanda.
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(*) Catedrático emérito.
