Tengo la satisfacción y la suerte de haber conocido y tratado apersonas admirables desde el punto de vista político y humano. Hoy recuerdo a dos: a Javier Rupérez y a Gabriel Cisneros. Guardo un grato recuerdo de ambos.
Gabriel Cisneros, Gabi para los amigos, sufrió un intento de secuestro el 3 de julio de 1979, y según manifestaba, se resistió y fue tiroteado. Tuvo que soportar seis operaciones a causa del disparo. Era dramático escucharle que después de ser tiroteado cayó entre dos coches aparcados, oyó unos pasos y pensó que venían a rematarle. Explicaba que fueron unos segundos horrorosos hasta que entendió que era el portero de una casa colindante que venía a auxiliarle.
Rupérez fue secuestrado por ETA el 11 de noviembre de 1979. Por cierto, después de la pandemia le llamé y le comenté que durante el encierro obligado que sufrimos, releí el libro que escribió sobre su secuestro. Me pareció que tenía mucho sentido releerlo en esa ocasión.
Pues bien, Otegui, ese hombre de paz, y su formación proetarra Bildu, han sido corresponsables de la aprobación de los presupuestos. ¿Alguien puede explicar cómo es posible que los enemigos de España, tanto Bildu como ERC, que están en contra del estado español, hayan podido participar en los Presupuestos Generales del Estado?
Pero como con Sánchez no hay mala situación que no sea susceptible de empeorar, ha negociado y pactado con Bildu la ley de Memoria Democrática, de tal forma que todo es sospechoso hasta diciembre de 1983, mientras que se dejan fuera los asesinatos de ETA. Porque sí. Porque ellos lo han determinado así. Es decir, han decidido que ni hubo Transición, ni Suárez, ni la UCD, ni las elecciones generales, municipales y autonómicas fueron democráticas; sin embargo ETA por supuesto lo era, aunque no dejase de matar hasta 2010. Pero les da igual porque parece que lo que pretenden es determinar quien es demócrata y quien no, y seleccionar lo que debemos mantener en la memoria, lo que debemos olvidar y los pactos políticos del sanchismo que debemos blanquear; da la impresión de que intentan reescribir la historia de España y eliminar la Transición donde los españoles se reconciliaron a través del pacto constitucional, porque eso supone un obstáculo para sus intenciones. Ya nos avisó John Dryden que “de todas las tiranías de la humanidad, la peor es la que persigue a la mente”.
Aunque el asesinato de Miguel Ángel Blanco derrotó política y moralmente a ETA, por desgracia muchos de nuestros jóvenes no recuerdan quién fue, ni tampoco quién era Gregorio Ordóñez, ni Ortega Lara, ni todas las víctimas de los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado vilmente asesinados. Pero a los que lo vivimos, nadie puede obligarnos a olvidarlo, porque recordar es vivir y olvidar es morir.
Es lamentable que se pretenda ignorar que ETA asesinó a 854 hombres, mujeres y niños, que secuestró a 79 personas de las cuales asesinó a 12, que es responsable de 3000 atentados y miles de heridos, y que ahora, los que aplaudieron ese horror sean los socios de Sánchez. Sería interesante saber lo que pensaría Ernest Lluch, ex ministro socialista asesinado por ETA en el 2000, de estos correligionarios suyos que son capaces de llegar a semejantes acuerdos. Que este pacto no tenga una respuesta acorde con esta afrenta, esta humillación, esta deshonra, esta infamia, esta indignidad, indica que estamos en una sociedad decadente.
Por eso, no me resigno a terminar estas breves reflexiones sin recordar unas palabras de Mahatma Gandhi: “En cuanto alguien comprende que obedecer leyes injustas es contrario a su dignidad de hombre, ninguna tiranía puede dominarle”.
