Dentro de un mes, exactamente el 5 de mayo, entrará en funcionamiento en Segovia el programa Justicia Digital, impulsado por el Ministerio de Justicia con el objetivo de permitir la tramitación electrónica de los procedimientos judiciales. Carmen Sánchez-Cortés, secretaria de Estado de Justicia, se reunión ayer en la sede de la Audiencia Provincial con jueces, magistrados, fiscales, letrados y el personal del servicio de Justicia para informarles de los entresijos de este sistema y recoger sus dudas e inquietudes.
Tras el encuentro, explicó ante los medios de comunicación que “la ventaja de este sistema es que la Justicia va a tardar menos tiempo en llegar a una resolución”, solventando así uno de los principales problemas que siempre se achacan a la Justicia, que es la dilación en los tiempos, ya que, si el pasado 1 de enero se puso en marcha la decisión de que la entrada y salida de documentos entre los profesionales, abogados, procuradores… y las oficinas judicial y fiscal se produjera sólo en formato electrónico; con el sistema de Justicia Digital se busca que toda la tramitación sea también en formato electrónico.
Entre los problemas que puede causar el nuevo sistema, Sánchez-Cortés dijo que se esperan “los derivados de cualquier proceso de cambio importante. Hay que cambiar la forma de trabajar; desaparece el papel, que nos da tanta seguridad, y está todo en un ordenador; o cuestiones que en un momento dado no funcionan y hay que salir al paso… esos son los problemas que vamos a tener en cuenta y para los que nos hemos prestado para colaborar no sólo antes, sino también durante la implantación y después”.
Respecto a dicho proceso de implantación, “hay varias fases: hay una serie de grupos de trabajo multidisciplinares que lideran el proceso; una formación presencial en la que cada persona, en función de su actuación profesional, recibe formación concreta y a la carta sobre las aplicaciones que va a tener que utilizar; después hay una parada técnica durante unos días, para propiciar el cambio; tras ésta, entra el sistema en funcionamiento y a continuación está la fase de estabilización, donde los técnicos hacen un seguimiento para acompañar el proceso de cambio que se está produciendo”, señaló la secretaria de Estado.
Así pues, la formación de los profesionales, dijo, “es esencial”, y no sólo la formación, sino que también tendrán “comunicación y atención permanente”. De hecho, puntualizó, “lo que tenemos estudiado en el plan de formación es que cada persona, ya sea tramitador, auxilio judicial, gestor, letrado…, cada uno tiene un plan de formación personalizado en función de las aplicaciones que tenga que utilizar”.
Por ello, a pesar de los miedos e inquietudes que producen este tipo de cambios, Sánchez-Cortés aseguró que “la predisposición del personal es muy favorable, pero hay que estar pendiente de ellos para que la utilización del sistema les resulte amigable, les facilite el trabajo y dé valor añadido a su función. Estos procesos hay que seguirlos muy de cerca”.
Por último, se refirió a la seguridad del sistema y señaló que “se necesitan medidas muy potentes. Los sistemas de firma están homologados y sólo puede acceder al documento quien tiene autoridad para ello. Además, las firmas tienen que hacerse en la sede judicial, no desde cualquier punto, y el sistema arbitra las garantías para que la seguridad esté garantizada”.
Plan para la aceleración de la Justicia en los entornos digitales
El ‘Plan 2015 para la aceleración de la Justicia en entornos digitales’, primer paso para la Justicia Digital que comenzará a funcionar en Segovia en un mes, tiene como objetivo conseguir una justicia de calidad, ágil y al alcance de todos. Según el plan, desgranado en la web del Ministerio de Justicia, los objetivos estratégicos son: maximizar la eficacia y eficiencia de la Justicia como servicio público; orientar el servicio al ciudadano y sus nuevas demandas; y asentar la transformación en una cultura de innovación y gestión.
Como atributos objetivos se buscan la proactividad, la transformación, la transparencia, la simplicidad, la eficiencia, el talento, la colaboración, la proximidad, la agilidad y ‘cero papel’, tanto para la ciudadanía y los colectivos como para los profesionales del sector.
Tres son los ejes en los que se fundamenta la transformación: el primero, el funcionamiento, que avanza hacia la Justicia Digital; el segundo, la relación con los ciudadanos, para una Justicia abierta; y el tercero, relativo a la gestión y cultura interna, camina hacia una Justicia innovadora.
Entre los primeros pasos que comenzaron a darse ya en el pasado ejercicio, cabe destacar la remisión electrónica desde los juzgados de requisitorias a FyCSE, sentencias de tráfico, etcétera, la puesta en marcha de las bases de interoperabilidad y el fondo compartido de requisitorias, entre otros.
