El cisma en el socialismo está abierto y nadie sabe cómo es de profunda la herida, tras lo ocurrido ayer en el Congreso de los Diputados. El PSC, como ya anunció el pasado lunes, se desmarcó de la disciplina de voto del PSOE y apoyó las iniciativas propuestas por CiU y la Izquierda Plural que instan al Ejecutivo de Mariano Rajoy a dialogar con las autoridades catalanas sobre la celebración de la consulta independentista.
Antes de llegar al momento clave de la escenificación de la crisis, la vicesecretaria general del partido, Elena Valenciano, anunció que la formación, cambiando el criterio inicial, pensaba sancionar a aquellos diputados que no siguieran las directrices de Ferraz.
También previamente a la cita parlamentaria, el líder de los socialistas evitó aclarar qué ocurrirá a partir de ahora, después de que por primera vez en la democracia un grupo de diputados rompiese la disciplina de voto de un partido político en la Cámara Baja. «Ellos (el PSC) creen que Cataluña tiene derecho a decidir y nosotros (el PSOE) pensamos que no», explicó el dirigente, quien reconoció, además, que la relación entre ambas formaciones «se debe revisar».
Mucho más duro fue el presidente de la Comisión de Presupuestos del Congreso y veterano dirigente socialista, Alfonso Guerra, que planteó durante la reunión de su grupo la posibilidad de romper con los catalanes si siguen empeñados en mostrarse a favor de los postulados de los nacionalistas y en contra de la posición de la formación nacional.
Sin embargo, las advertencias y las críticas no sirvieron para cambiar la idea del grupo liderado por Pere Navarro, que apoyó las propuestas sobre el derecho a decidir de Cataluña que, no obstante, no salieron adelante al ser rechazadas por 275 votos en contra y solo 60 a favor, en el caso de la de CiU, mientras que la medida de la Izquierda Plural se encontró con 272 sufragios en contra, 59 a favor y dos abstenciones.
Entre los apoyos a las propuestas soberanistas no se encontró el de Carme Chacón, pese a formar parte del PSC. La exministra anunció antes del proceso parlamentario que no iba a votar a favor de las propuestas de resolución de CiU, IU-ICV y ERC relativas a la consulta soberanista en Cataluña y puso su escaño a disposición del líder de su partido, Pere Navarro, quien lamentó su postura, pero la ratificó en su puesto.
Chacón decidió no asistir a la votación ya que según, aseveró, no podía apoyar «una resolución que supone un proyecto de ruptura de Cataluña con España». Quien aspirase a liderar el PSOE subrayó que cree «firmemente en el entendimiento entre la región y el país» y en «una Cataluña fuerte respetada en una España que conozca su diversidad». Es más, recordó que hace apenas 15 meses se presentó con ese programa electoral para ser diputada por Barcelona.
«Esas son mis convicciones y ese es mi compromiso con los ciudadanos», remarcó. «Por eso no voy a apoyar las resoluciones de los tres partidos que han iniciado un proceso de ruptura de Cataluña con España», reiteró.
A pesar de este gesto de la exministra, los diputados socialistas se mostraron «decepcionados» a la salida del Pleno porque Chacón no hubiera votado en contra de las resoluciones sobre la consulta independentista.
