La palabra transformar, según el Diccionario de Sinónimos y Antónimos de Federico Carlos Sainz de Robles, tiene varias otras interpretaciones aplicables al mismo sentido: “Transfigurar, cambiar, variar, alterar, mudar, modificar, transmutar y metamorfosear”. Según el contenido general, quiere decir que en unos doce meses pocas cosas se pueden modificar, y más en una ciudad como la nuestra donde hay muchas cuestiones “intocables” en una buena cantidad de aspectos. Y más si se vienen arrastrando vicios y tropezones. Pero cierto es también que deben quedar abiertas las puertas a la aplicación de cuantas nuevas mejoras puedan llegar. Y confiemos en que estas realizaciones, al menos algunas, puedan conseguirse para bien de la propia Segovia y de todos los ciudadanos.
Y es que, como es lógico, estas cuestiones no solo dependen de un equipo que quiera, pueda y sepa trabajar a fondo, sino de muchos aspectos externos que han venido creando numerosos problemas, que algunos de ellos continuarán en vigor.
Mi amigo y colega Miguel Velasco, publicaba en estas páginas, hace unos días, un comentario en el que incluía, yo creo, la totalidad de realizaciones que tiene pendientes el Ayuntamiento, y lo titulaba “Apasionante herencia para la nueva alcaldesa”. Yo, con su permiso, cambiaría lo de “apasionante” por “apabullante”, que es lo que se desprende ante la lectura de la enumeración citada.
Hay que iniciar la tarea con la mejor voluntad del mundo y, por supuesto, empezar, desde ya, a dialogar con todos, de cualquier color y en cualquier cargo, como se está comentando y prometiendo; con todos los que puedan, y deban, hacer algo, o mucho, por Segovia. Entenderse cuando hay notables disparidades de criterio, no es fácil, por supuesto, pero ahí están el tacto y la buena disposición de unos y otros, y no señalo ni excluyo a nadie. Y delegando representaciones para poder trabajar en despacho.
El trabajo que hay por delante puede llevar, en algunos momentos, al desánimo, pero también hay que creer, y empezar a confiar, en el nuevo equipo de gobierno municipal. Dejemos, pues, un plazo sometido a la esperanza.
Y de paso, como recuerdo para los que mandan, a agregar a “los grandes” problemas, he aquí algunos “menores”, pero no menos necesarios para ayudar a una Segovia más cómoda y atractiva; algunos que ya se han mencionado —y pedido, sin resultado— muchas veces. Por ejemplo, es imprescindible plantearse la necesidad de aseos públicos, y muy especialmente en la explanada para aparcamiento de autobuses frente a la rotonda de Sancti Spiritus; al menos, dotar al espacio de unos modestos servicios “móviles” con varias unidades a disposición de los turistas que ya van llegando poco a poco. Una carencia que los ediles pueden observar, desde el mismo Ayuntamiento, con las colas que en muchos momentos se sitúan ante los aseos de la Plaza Mayor, inservibles, por cierto, para determinadas personas que precisen de un acceso especial.
Y entre las “modestas” necesidades, la limpieza de cristales del servicio de alumbrado, que en su mayoría —si descontamos “espacios privilegiados”—, ofrecen un grado de suciedad que se viene acumulando desde hace varios años y cuya contemplación repele.
Finalmente, otra “menudencia” pero de necesidad: que los guías de turismo, cuando dejan a sus clientes en el Alcázar, les recomienden utilizar, para volver a la Plaza Mayor, la calle de Velarde (Canonjía Vieja), evitando el colapso que suele producirse en la de Daoíz (Canonjía Nueva), al tiempo que se les facilitaría la contemplación de una calle muy pintoresca y espacios tan atractivos como el Jardín de Fromkes y sus preciosas panorámicas, y la plaza de San Esteban, con su bella iglesia y el palacio episcopal.
ACUSE DE RECIBO: Con relación a mi comentario de la semana pasada sobre ubicaciones del “real”, los datos de unos amigos lectores ayudan a completar “la historia”: Recuerdan que también estuvo frente a los Jardines de San Roque, en el solar que hoy ocupa el cuartel de la Policía Nacional; que en La Dehesa y que asimismo en la calle de Colón, prolongándose por el Jardín de los Huertos hasta la plaza de San Facundo.
