¡Y volver, volver, volver…
Yo sé perder, yo sé perder…
Quiero volver…!
Es la letra de un trabajo musical que interpretó, entre otros, Camilo Sesto y quiero, en estas cuatro letras que escribo, situarla en relación directa con lo grandísima afición que el Balonmano Nava tiene en la localidad navera. Esa afición que, con su apoyo constante a quienes llevaban la gestión del club y sus manifestaciones deportivas desde la grada por el orgullo de tener un equipo entre los mejores de España, puede –solo puede-, que se encuentre en sus horas más bajas por el hecho de que el club haya perdido la súper categoría a la que llegó por los méritos de la unidad de todos y al grito unánime del ¡sí se puede!
No haría falta decirlo, pero lo digo. Todo equipo que entra en una competición no tiene garantía alguna de que vaya a ganar todos los partidos, ni que consiga ser el mejor de su competición por los siglos de los siglos. No hace falta decirlo, pero lo digo.
Lo que sí se puede afirmar es que un equipo, cualquier equipo, que tenga detrás de él una directiva que sepa gestionar, una masa social que se vuelque con el club –y se mantenga firme en lo bueno y en lo malo- y una plantilla –incluido el entrenador-, que sepa valorar lo que fue y dónde llegó el Balonmano Nava con todos estos valores unidos, al grito unánime del ¡sí se puede! volverán y llegarán tan lejos como llegaron. No lo pongan en duda.
Miren todas las partes hacia adelante. Se han ganado el derecho a ello por haber ilusionado a miles de personas, por haber sido grandes –y lo son- entre los grandes.
¡Sí se puede!
