La decisión que tomó Sánchez de cambiar la postura de España con respecto al conflicto del Marruecos con El Sáhara, decisión tomada sin consultar con su propio Gobierno, ni con el Congreso, ni con el Partido Popular, era y es un problema diplomático de primera magnitud de las más catastróficas en política exterior de los últimos años.
La torpeza ha sido de tal magnitud, que algunos pensamos si esta decisión del presidente del Gobierno ha sido libre o no y de si tiene algo que ver con el espionaje del teléfono móvil de Sánchez y o si la información sustraída era de relevancia o no para los intereses de España. Como el gobierno no ha dicho nada al respecto, cada uno es libre de pensar hasta qué punto una decisión tan inmediata y distinta, y no respaldada por ningún grupo político, puede haber sido fruto de que otros dispongan de información que haya podido ser utilizado en contra de España. Espero que alguna vez podamos saber hasta qué punto esto haya podido ser así. De momento Argelia ha decidido congelar toda relación comercial con España y denunciar el tratado de buena Amistad entre España y Argelia y que tendrá consecuencias imprevisibles e irreparables. Hasta ahora los presidentes anteriores habían conseguido mantener una relación constructiva con Marruecos, Argelia y los saharauis. En cuatro meses, Sánchez ha conseguido cabrear a todos ellos.
El miércoles por la noche en el Congreso, con alevosía y nocturnidad, el gobierno y el PSOE con sus socios impusieron un incremento a los gases fluorados, denominado también “impuesto al frío” tanto a las familias como a las empresas. A partir del día 1 de septiembre, comprar un frigorífico, la bomba de calor o de frío para las calefacciones en las casas, rellenar los compresores de aire de los vehículos costarán un 10/15 % más. Se trata de un nuevo impuesto abusivo con el que los españoles vamos a tener que pagar más por la utilización de aires acondicionados de nuestras casas, empresas o vehículos.
Por último la inflación y el altísimo coste de la cesta de la compra preocupa y cada vez más a todos los españoles, tanto por la falta de materias primas como por la guerra de Ucrania, y que desde luego se está produciendo en todo el mundo, pero de forma particular y extrema en España, sin que el Gobierno sepa ni proponga medida alguna para ayudar a las familias y peor aún, ni aceptando las propuestas presentadas por el PP desde hace ya tres meses.
La situación puede llegar a ser desesperada y más aún si como parece, se producen los presagios de crisis alimentarias.
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(*) Diputado del PP por Segovia.
