Estamos rodeados de espacios habitados admirables que a menudo miramos, pero no vemos; de elementos y seres maravillosos que no se observan con claridad. A veces, nos asentamos en compartimentos estancos que nos alejan del otro. Levantamos palabras, gestos, prisas… que cimentan muros distanciadores. Decía José Emilio Pacheco que la literatura es un lugar para el encuentro, un campo magnético que atrae sin remisión, donde no se contempla el derecho de admisión. La literatura rompe las fronteras invisibles que nos separan, nos aproxima al otro, nos enseña lo plural.
Contar cuentos cuenta es el título de una interesante publicación (de descarga gratuita en la red) que, en el año 2006, realizaron Almudena Mateos e Itxaso Sasiain para trabajar con los cuentos de forma crítica, en clave de igualdad. Editada por el Instituto de la Mujer, tiene, asimismo, el lujo de tener por ilustradora a la segoviana Mónica Carretero.
Tomando como base esta idea, pero ampliando los posibles contenidos a los valores que pueden transmitirse desde la asignatura Educación para la Paz y la Igualdad, se ha puesto en marcha la experiencia ‘Espacios literarios para la paz y la igualdad’, de la mano de los profesores responsables de la materia en la Facultad de Educación del Campus ‘María Zambrano’: Roberto Monjas Aguado y Suyapa Martínez Scott. La actividad se inscribe en las jornadas ‘Espacios literarios infantiles’ que han tenido lugar en Segovia entre los días 16 y 20 de mayo, dentro de las acciones del ‘Proyecto de Innovación Docente Palabra e Imagen: literatura y ciudad’, coordinado por, la también docente Eva Álvarez Ramos y en colaboración con el Grupo de Innovación Docente de Educación para el Desarrollo y Ciudadanía Global de la UVa (GIDEDUVa).
El pasado lunes, 16 de mayo, en el CEIP ‘San José’ y el pasado martes, 17 de mayo, en los colegios ‘Diego de Colmenares’ y Cooperativa Alcázar de Segovia, se llevaron a cabo diferentes actividades y cuentacuentos, realizados por los alumnos de primer curso del Grado de Educación Infantil de la Universidad de Valladolid.
Tal y como plantean, las ya mencionadas, Sasiain y Mateos, debemos ser conscientes de que los cuentos están cargados de valores.
Desde las aulas se puede trabajar con una mirada crítica, que nos haga tomar conciencia de la presencia del sexismo en la literatura infantil y juvenil. Una mirada que revalorice lo positivo, nos permita rescatar lo que nos gusta a través de ella y que nos dé alas para crear lo posible, de modo que demos espacio al deseo de ser mujeres y hombres libremente.
Y en esta línea, creemos, además, que utilizar los cuentos con una finalidad educativa, como herramienta para transmitir mensajes positivos a todos los niveles, es un recurso fundamental que los docentes deben tener en cuenta en su labor cotidiana, ya que muchas veces el mensaje que queremos hacer llegar, se recibe de forma mucho más relevante a través del cuento. No estamos ante una concepción instrumental de la literatura, sino todo lo contrario. Nos encontramos con relatos próximos a lo conocido y admirado por el niño que le muestran situaciones comunes para el diálogo y le ayudan a desarrollar actitudes positivas hacia lo diferente o ignorado.
En este sentido, lógicamente, los cuentos seleccionados deben abordar de manera sencilla (especialmente si el público es infantil) contenidos relacionados con actitudes y valores adecuados, que puedan servir de vehículo de transmisión de ideas, mensajes y formas de actuar comprometidas con la formación de ciudadanos críticos y responsables en la construcción de un mundo mejor y más justo.
En el cuentacuentos se abordaron diversas temáticas: la educación intercultural con cuentos como el tradicional ‘Elmer’ o el interesante cuento africano ‘Tu canción’; la igualdad se trató desde ‘Por cuatro esquinitas de nada‘ o ‘El pez arco iris’; también se hizo un guiño a la no violencia y la educación para el desarme con ‘Historia de una bala‘ o se abordó el problema del acoso escolar de manera sencilla en ‘Di No Saurio’ y, a nivel más general, se contaron cuentos que tratan la importancia del trabajo en equipo y de valores sociales como la amistad, por ejemplo, en ‘Lorenzo está solo’, ‘Nadarín’ o ‘Tener amigos es divertido’.
Espacios Literarios para la paz y la igualdad reivindica el valor de la palabra y del cuento para transmitir mensajes, porque podemos aprender desde los cuentos, compartirlos y vivir la experiencia de inundar las aulas con literatura que haga el día a día más amable y mejor. Derrumba además las fronteras físicas y mentales. Las tangibles, al ampliar los espacios del campus y ocupar los espacios escolares, y las mentales al contribuir a abrir miras y mostrar la otredad. Porque no solo ocupamos el espacio, estamos habitados por él y por todos aquellos que cohabitan con nosotros.
Roberto Monjas Aguado,
Suyapa Martínez Scott y
Eva Álvarez Ramos (*)
(*) Docentes Facultad de Educación, Segovia.
