Se redondeaba legalmente el pasado sábado la tajante dimisión de Clara Luquero como alcaldesa de Segovia y el subsiguiente relevo cantado. Relucientes los maceros, reluciente la ministra y reluciente la urna que lo legalizaba. Con ello se abre un incierto futuro ante la hasta ahora concejal de Urbanismo, Clara Martín, derivado de la ‘herencia’ de gestión que ha dejado en sus manos la dimisionaria. Por tanto está por ver con prudencia cuál será el movimiento de las bambalinas del teatro de la política local, donde pueden concernir circunstancias que muevan constantemente los decorados de la gestión tras el relevo.
Es más que cierto que a pesar de la buena intención de Luquero por dejarlo todo en mejores condiciones en las que se encontró la Casa —que la honra— lo cierto es que, sin embargo, se acumulan una serie de actuaciones difíciles de afrontar.
Por hacer un repaso de los deberes aún pendientes de resolver —además del consabido día a día— se constatan muchos, de variada temática, como: remodelación de la Plaza de la Artillería, las escaleras mecánicas del Paseo del Salón, la rehabilitación definitiva de la muralla, la renovación del alumbrado público, adecuación de las avenidas de la Constitución y del Padre Claret, aparcamientos disuasorios, evacuatorios públicos, Plan de Movilidad, Ordenanza de la Convivencia Ciudadana; ubicación definitiva del recinto ferial acabando con los sempiternos problemas y, sobre todo, el desarrollo de la futura Area Industrial de ‘Prado del Hoyo’ (que por cierto ha sufrido estos días y fuerte revés con la espantada de la sociedad industrial Asistencia Tecnologica a la Empresa 2022 S.L. por falta de celeridad en su puesta en marcha); construcción del nuevo Hospital (donde se instalaría la Facultad de Enfermería comprometida en su dia por el presidente Mañueco; la terminación y ocupación del CIDE-CAT (donde Pedro Sánchez aseguró la ubicación del Centro Nacional de Innovación y Tecnificación de FP); la Escuela Municipal de las Artes para unos 600 alumnos de danza,teatro, música y pintura; el traslado anunciado por el JEME (Jefe del Estado Mayor del Ejército de Tierra) a Luquero a una Unidad Militar a instalar en la Base Mixta cuando sea desalojada para su traslado al Centro Logístico del Ejército en Córdoba; la reubicación aquí de la Planta de Reparación de Blindados del Ejército derivada del desmantelamiento de NISSAN, que Barcelona rechaza. Tampoco viene a ser “moco de pavo” de si ampliar la actual Estación de Autobuses o la ubicación de una nueva en el recinto de la vieja RENFE (que acabaría con los servicios de corta distancia Segovia-Madrid directo). O hablando de viviendas sociales retomar el compromiso militar adquirido a raíz de la apertura en su día de Coronel Rexach –que además de la ordenación se contemplaba la construcción de 127 viviendas y 4.200 metros para equipamientos. O como más próximos los proyectos del Instituto de San Lorenzo; la recuperación del Policlinico o la remodelación del Valle de Tejadilla, emprendido por Luquero. Sin olvidar que tendrá que hacer frente al pago de importantes indemnizaciones pendientes.
Con todo lo enunciado —y lo que se quede en el tintero— es de justicia reconocer que pesará sobre la nueva alcaldesa, Clara Martín —tan cuestionada su gestión al frente de Urbanismo— una dura aunque apasionante herencia la que la deja Luquero. Hará falta mucho esfuerzo y no poco conocimiento. Será cuestión de talento y de talante.
