En el Santuario de la Virgen del Henar (Cuéllar) se está celebrando desde agosto de 2021 hasta septiembre de 2022 el Año Jubilar Henarense, que surge como respuesta a la conmemoración del IV Centenario de la concesión pontificia de la fiesta de nuestra Señora del Henar. Esta oportunidad representa una ocasión singular de renovación interior y de nuestro compromiso cristiano, iluminados y alentados por la Virgen María. Son muchos los grupos y sectores eclesiales y sociales que están celebrando con este motivo su Jubileo. Cada uno de ellos referido a su profesión, vocación, ocupación, estilo de vida…
Hoy quiero referirme al Jubileo de las Personas con Enfermedad y Discapacidad que se celebrará el sábado 11 de junio porque es un Jubileo transversal. Personas enfermas y con discapacidad existen en nuestra sociedad, en todas nuestras parroquias y en nuestras familias. Ninguno de nosotros estamos exentos de poder enfermar. Quizá nos toque acompañar de forma continuada este proceso de enfermedad.
Por una parte “nos asusta la enfermedad. Porque somos expertos en huir del dolor, de la dependencia, del pedir ayuda, de la soledad, del estar en la cama, del tiempo inútil, improductivo, en silencio, sin responder. Y aquello de lo que huimos, al fin, nos atrapa”. (Nuria Romay). Podemos no querer afrontar nuestra propia realidad o creernos “perfectamente sanos” y pasar de largo ante los enfermos.
Y por otra parte, muchas personas ignoran que su verdadera enfermedad se encuentra en un nivel más profundo que el estrés, la tensión arterial o la depresión. No se dan cuenta de que el deterioro de su salud comienza a gestarse en su vida absurda y sin sentido, en la carencia de amor verdadero, en la culpabilidad vivida sin la experiencia del perdón, en el deseo centrado egoístamente sobre uno mismo o en tantas otras “dolencias” que impiden el desarrollo de una vida saludable.
Este Jubileo es transversal porque en esta sociedad dañada por la enfermedad, el dolor, el sufrimiento y la muerte, por tantas injusticias y abusos, odios, discordia y agresividad, son necesarias personas sanas que den otra clase de frutos. La celebración de este jubileo: un día de oración, sosiego, comida compartida, alegre convivencia… nos puede ayudar a preguntarnos ¿qué podemos hacer cada cual para sanar un poco la convivencia social tan dañada entre nosotros? Y contesto: partir el pan, celebrar la Eucaristía y salir a compartir la vida.
¿Cómo? Viviéndolo como una oportunidad para mirarnos en nuestro interior, aceptarnos y querernos como somos, actitud sana porque es la base para construir en nosotros un nuevo ser. La palabra de Dios escuchada en este clima puede propiciar en nosotros un silencio interior, que nos ayude a ser lúcidos, equilibrados, saludables, porque en la medida en que lo seamos beneficiaremos a cuantos nos rodean. Sin ese silencio interior no se puede escuchar a Dios, reconocer su presencia en nuestra vida y crecer desde dentro como creyentes. Muchas personas comenzarían a transformar su vida si acertaran a detenerse para escuchar todo lo bueno que Dios suscita en el interior de su alma. Jubileo transversal.
Y además buscando, bajo el amparo de la Virgen María, en su advocación de El Henar, el encuentro personal con las personas enfermas y discapacitadas, al estilo de Jesús, maestro en el arte de acompañar. Tratándoles con respeto, sin falsos paternalismos. Estas personas deben sentirse acogidas, acompañadas, cuidadas, y al mismo tiempo contar con ellas, estimular su protagonismo, escucharlas, comprenderlas, e infundirles fe, aliento y esperanza, al tiempo que invitarlas al encuentro con el Dios de la vida y el amor, revelado en Jesucristo.
Nacemos con ojos, pero no con mirada. En castellano, tenemos una sutil diferencia entre “ver” y “mirar”. El mirar está cargado de cuidado, de amor y hasta de pasión. Para ver basta con dirigir los ojos hacia el estímulo en cuestión, para “mirar” hay que poner en marcha también el corazón. “Más corazón en las manos” decía San Camilo de Lelis. Este jubileo puede ser una buena ocasión para “mirar” y “mirarnos”. Quedan invitados.
