El Real Cuerpo de Artillería se organizó en Segovia en 1762, con el Colegio y además las unidades ligadas y que constituían el 5º Regimiento de Artillería. No obstante, por Orden de 18 de marzo de 1806 se suprimía dicho Regimiento, medida que se disipó en marzo del año 1814 tras la Guerra de la Independencia. Sin embargo, el Real Decreto de 24 de junio de 1823 disolvió el Cuerpo de Artillería y el 5º Regimiento, medida que fue corregida por la Orden de 20 de diciembre de 1824, aunque dicho Regimiento recibía la orden de su marcha a Valladolid, quedando en nuestra ciudad un batallón anexo a la Maestranza.
Por último, en 1856 el Cuerpo de Artillería se dividió en seis Departamentos, con lo que se confirmaba la permanencia del Colegio de cadetes en Segovia, pero ésta dejaba de ser sede del 5º Departamento en favor de Madrid. Nuestra ciudad quedaba prácticamente sin guarnición si se exceptúa la existencia en 1858, de una batería del indicado 5º Regimiento y del Colegio de Artillería, que tras el incendio del Alcázar el 6 de marzo de 1862, tuvo que trasladarse al Convento de San Francisco.
En la segunda mitad del siglo XIX, Segovia se encontraba en franca decadencia, por lo que una parte de la élite política y determinados dirigentes con cierta influencia en la Corte y en el Gobierno, intentaron la reactivación de la ciudad, una de cuyas medidas era el regreso del Regimiento de Artillería y que anteriormente había tenido su sede en Segovia. La imagen de Segovia a lo largo del siglo XIX era desalentadora, debido a la existencia de malas comunicaciones, un comercio en decadencia, escasa población, una enseñanza deficiente y grandes capas de población en franca pobreza. Segovia arrastraba retroceso ecónomo e industrial, consecuencia de la falta de adaptación a las transformaciones que en Europa se estaban produciendo, derivadas del fenómeno de la industrialización. Aunque el saldo de crecimiento fue positivo en Segovia capital, con un crecimiento de 4.824 habitantes entre los años 1860 a 1899. Sin embargo, la realidad es que hubo una gran emigración hacia Madrid, que fue compensada por otra población procedente de la provincia.
En el año 1877 la provincia de Segovia contaba con 151.169 habitantes (la misma población que en el año 2022), de los cuales 11.300 vivían en la capital, dedicados en un 70% a la agricultura, en tanto que el 10% se dedicaba a la artesanía. La economía segoviana se basaba fundamentalmente en la producción de cereales, una economía afectada tanto por la pérdida total de la fabricación de paños, como por el cierre en 1868 de la Fábrica de la Moneda y la llegada tardía del tren en 1888.
A finales del indicado año 1877 se organizó en Valladolid el 7º Regimiento Montado de Artillería. El Ayuntamiento de Segovia procedió a iniciar el proceso para conseguir su traslado a nuestra ciudad, iniciativa que culminó con éxito en 1878. Ese Ayuntamiento compró y rehabilitó la “Casa Grande” para cuartel de indicado Regimiento, a pesar que la misma Corporación también reconocía la necesidad de contar con los locales para “Instrucción Pública y Beneficiencia” y de un hospital municipal, por lo que el destino de la compra se fijó con el sigiuiente contenido: “los objetos públicos generales de la municipalidad en sus ramas de Instrucción Pública, Beneficiencia, o cualquier otro”.
En la tesis doctoral de Diego Quirós Montero titulada “La Casa Grande de Segovia: de fábrica de paños a cuartel”, el citado autor relata cómo el Ayuntamiento de Segovia estaba convencido que la venida de otro regimiento mejoraría la situación económica de la ciudad, lo que le impulsó a realizar una serie de trámites ante las más altas instancias del Estado, así como soportar importantes sacrificios económicos. Una historia que hoy parece repetirse.
El 4 de febrero de 2021, el Ministerio de Defensa anunciaba que sería la ciudad de Córdoba la elegida para sede de la base logística del Ejercito de Tierra y, de nuevo, el pleno del Ayuntamiento de Segovia del día 25 de junio de 2021 pedía al Ministerio de Defensa la instalación de una unidad militar en nuestra ciudad. Una instalación que hoy como ayer no cambiaría la estructura económica de la provincia.
Por el contrario, ha de aprovecharse el potencial de la Univesidad y el IE University para la búsqueda de nuevas actividades económicas en el campo tecnológico que puedan asentarse y ejercerse en nuestra provincia de Segovia. Unas actividades en el campo de la investigación y desarrollo de nuevas tecnologías, junto con la potenciación de la innovación en nuevas formas de producción y creación de productos. La capital es una ciudad segura y apacible que puede convertirse en un centro de atracción de investigadores, de nuevos sectores productivos con un alto valor añadido y sin coste medioambiental, que pueden aprovecharse de amplios espacios naturales, de su tradición industrial pasada, de su cercanía a la capital de España, de la integración de la Ciudad y su Tierra, y del potencial de producción de energía eléctrica de origen fotovoltaico.
