Si ver volar un aguilucho cenizo (Circus pygargus) resulta más frecuente este verano en la Campiña segoviana, gran parte de la culpa es de SEO – Segovia, colectivo que hace varios meses se empeñó en intentar salvar la pollada de 2013 de esta especie, en peligro de morir segada por las cosechadoras. SEO – Segovia, consciente de que hoy en día esas máquinas hacen su trabajo antes de que los pollos de aguilucho cenizo aprendan a volar — la mayoría acaban pereciendo—, se embarcó en un proyecto consistente en localizar nidos de esta especie y, seguidamente, encontrar al dueño de la tierra, con la intención de convencerle para que adoptara alguna medida tendente a proteger a los pollos.
La búsqueda de nidos no resultó nada sencilla. “Hay que echar muchas horas en el campo”, afirma Ignacio Domingo, coordinador de SEO – Segovia. Para descubrir dónde se sitúa uno, los ornitólogos deben esperar pacientemente hasta contemplar el intercambio de ceba en el aire entre el macho y la hembra, único momento en que ésta abandona el nido mientras está incubando o los pollos son demasiado pequeños. Utilizando este método, SEO – Segovia halló cinco nidos en los alrededores de Santa María la Real de Nieva. Los cinco nidos estaban en trigales. “Pensamos que eligen trigales porque el trigo se siembra antes, y en el momento de hacer el nido proporciona más cobertura que la cebada o el centeno”, sostiene Domingo, quien también advierte que el trigo se cosecha más tarde que la cebada, lo que aumenta las posibilidades de que los pollos salgan adelante antes de la cosecha.
En los cinco nidos descubiertos había 18 pollos, de los que 16 han logrado sobrevivir. Eso sí, cuatro de ellos fueron trasladados al Centro de Recuperación de Animales Silvestres (CRAS) “Los Lavaderos”, por el peligro que corría su vida —en un caso, por tener un ala rota, y en los otros tres debido a que el propietario de la finca no se mostró dispuesto a colaborar con el proyecto—.
Desde SEO – Segovia se asegura que la colaboración de los propietarios de las tierras donde se situaban los nidos, a los que se ofrecía una compensación económica de 20 euros, ha sido “buena”. “Todos, salvo uno, se han prestado a colaborar y se han mostrado ilusionados por el proyecto. Es necesario dar las gracias a esta gente por el trato mostrado hacia nosotros, siempre amable y comprensivo”, subrayan los ornitólogos.
La experiencia de este año ha permitido a SEO – Segovia concluir que, entre todas las opciones para proteger los nidos, la mejor es la de vallarlo o retrasar la cosecha, de forma que los pollos permanezcan allí al cuidado de sus padres hasta que sean capaces de volar.
