El Viernes Santo se desarrollaron numerosos pasos procesionales por toda la provincia, que tuvieron como común denominador la devoción de los fieles, y la rapidez que se imprimió a la marcha por la adversa climatología.
Algunas procesiones debieron suspenderse, pero otras tuvieron lugar sin problemas. En Cantalejo se completaron y se puso a llover nada más acabar. Los quintos volvieron a tener un protagonismo especial en el recorrido.
También pudo celebrarse la procesión de Jueves Santo en Sepúlveda, donde el viernes transcurrieron de nuevo los pasos de la Procesión del Silencio con una alta presencia de fieles.
San Ildefonso volvió a sorprender a los cientos de visitantes por el elevado peso de las cruces que cargaban los cerca de 150 penitentes que participaron, con la cara cubierta y los pies descalzos, y que hicieron frente a la lluvia que cayó durante el recorrido.
En El Espinar se sacaron los pasos de la Virgen de la Soledad, del Santo Sepulcro, y la imagen de Cristo que fue portada, como viene siendo habitual, por los confirmandos.
Fuentepelayo ofreció una excelente ocasión para contemplar el valor histórico de las imágenes que se sacaron en procesión, amenizada por la Banda de Cornetas y Tambores de la localidad. El recorrido se cerró con la Salve a las puertas de la iglesia de Santa María. Cerca, en Turégano, la Procesión de las Velas o el Silencio hubo de discurrir con paraguas debido a la lluvia que cayó el viernes por la noche.
En Cantimpalos, por la mañana se desarrolló el Vía Crucis, y por la tarde la procesión del Silencio.
En la localidad de Abades se desarrolló el Vía Crucis con la participación de las imágenes de la Virgen de la Soledad y la del Cristo de las Cinco Llagas.
En Torrecilla del Pinar, todo el pueblo se involucró en la representación viviente que discurrió en la plaza, la iglesia y varias calles hasta acabar al mediodía ante la ermita del Humilladero. Se trata de una de las tres localidades que cada año escenifican la Pasión, junto a Segovia capital y a Valverde del Majano.
En Carbonero el Mayor, la música de las dulzainas de la Escuela Municipal acompañó a la Procesión del Santo Entierro.
