Hace apenas unos días, Francia llamaba a consultas al embajador de EEUU en París galo por el presunto espionaje de la Agencia Nacional de Seguridad norteamericana (NSA) a ciudadanos galos. Un hecho que hacía temer a otras potencias europeas haber sido vigiladas por los servicios secretos estadounidenses y ante el que el Gobierno español aseguraba que no tenía constancia de que esas prácticas se hubiesen producido en territorio nacional. Sin embargo, el periodista que ayuda al extécnico de la NSA Edward Snowden a difundir las pruebas de supervisión aseguró ayer que existen pruebas al respecto y que divulgará los documentos que certifican que España también fue sometida a la inspección de la agencia.
En este sentido, Glenn Greenwald, portavoz de Snowden, aseguró que se encuentra en negociaciones con varios medios nacionales para difundir los documentos.
Además, a pesar de que el Ejecutivo de Madrid desvelase que no tiene conocimiento de este supuesto espionaje, el Centro Nacional de Inteligencia (CNI) ya había manifestado anteriormente sus sospechas de que España también se incluyese en la lista de países vigilados por la NSA, entre los que se incluyen grandes potencias como Alemania, China o Japón.
Por otro lado, el pleno de la Eurocámara pidió ayer a la Comisión Europea suspender de forma temporal el acuerdo que permite la transferencia de datos bancarios europeos a Estados Unidos para la lucha antiterrorista como represalia por el supuesto espionaje a instituciones y ciudadanos de la UE.
La resolución, presentada por los grupos socialista, liberal y verde, se aprobó por 280 votos a favor, 254 en contra y 30 abstenciones y critica la tibia reacción de los países miembros ante las denuncias de vigilancia, al tiempo que reclama a los Gobiernos que autoricen una investigación completa a cargo del centro de lucha contra la ciberdelincuencia de Europol.
En este sentido, subraya que la transferencia de datos a Estados Unidos debe basarse en un marco jurídico coherente de protección de datos que debe limitar la información al mínimo necesario y debe acotar cuestiones como el acceso, el borrado y el derecho a recurso.
Mientras tanto, el presidente de Francia, François Hollande, abogó por una «cooperación» entre los servicios de Inteligencia de su país y EEUU y remarcó que, en una conversación con Barack Obama, aseveró que la nación gala tiene «la responsabilidad de saber todo» sobre una posible vigilancia sobre sus ciudadanos.
Asimismo, el primer ministro italiano, Enrico Letta, pidió al secretario de Estado norteamericano, John Kerry, que aclare si ha habido «una violación de la privacidad» a ciudadanos.
