El periodista Gregorio Morán afirmó ayer, en el marco de la Feria del Libro de Valladolid, que en España hay intelectuales “ágrafos, que no se sabe por qué son intelectuales”, pues son personas que “han escrito muy poco”, y representan un tipo de intelectual que “no existe en otros países”.
Morán participó ayer en la 48 Feria con ‘El cura y los mandarines’, una crónica de la cultura y la política españolas entre 1962 y 1996 que “ha levantado ampollas” incluso antes de publicarse, informaron a Europa Press fuentes de la organización.
Tras un intento frustrado de publicación, la editorial Akal lanzó esta historia no oficial del bosque de los letrados, que el propio autor consideró como “un libro muy crítico que cuenta historias que rompen con el canon y la tradición a los que estamos acostumbrados”, afirmó.
Valores
Morán declaró, momentos antes del encuentro mantenido con el escritor Ernesto Escapa, que el mayor valor del libro es “iluminar una época y explicar el hecho que dio nacimiento al libro: cómo una cultura crítica en los sesenta se convierte en moderada en los setenta y conservadora en los ochenta”.
Todo ello con un personaje que juega el papel de hilo conductor, Jesús Aguirre, un cura luchador y partidario de la lucha armada y que acaba siendo el duque de Alba, “y en España no se puede ser más que el duque de Alba, porque hasta el rey puede ser cesado, pero el duque de Alba no”.
El periodista reconoció que Aguirre es una figura “suficientemente interesante como intelectual”, aunque lo enmarcó en un grupo particular, el de los “intelectuales ágrafos”, junto a otros como Javier Pradera o Castellet.
Nombres importantes
Aunque lo que más ha trascendido de la obra son sus reflexiones sobre la Real Academia y los académicos, así como los nombres a los que Morán no deja en buen lugar, como es el caso de Camilo José Cela o “el idolatrado Juan Benet”. El autor señaló que en ella hay también una “reivindicación” de autores como Luis Martín Santos, Max Aub o Manolo Sacristán.
Gregorio Morán tiene en su casa un cuadro con la portada de la edición que no llegó a lanzar Planeta. “Era preciosa, faltaba el botón para imprimir”, recordó. Pese a esas dificultades iniciales, aseguró que la obra “está funcionando muy bien” tan bien que anunció que probablemente vayan a una quinta edición. “Y eso es mucho en seis meses”, señaló el periodista Gregorio Morán a los medios de comunicación.
