Reto olímpico superado. “Vuelvo a casa con los deberes hechos”. Es el resumen del nadador Álvaro de Frutos en sus terceros Juegos Sordolímpicos, los de su confirmación como un referente de su disciplina. No solo a nivel deportivo –dos quintos puestos, un séptimo, un noveno, un décimo, un decimotercero y cinco récords de España– sino en lo simbólico, por ser el abanderado de la selección española en la cita disputada entre el 1 y el 15 de este mes en la ciudad brasileña de Caxias do Sul, con la presencia de 4.179 deportistas de 79 países.
La participación del segoviano comenzó con la prueba de 50 metros braza, en la que quedó decimotercero de 33 participantes. Satisfecho con el rendimiento, pero autocrítico y tildó la marca de “mejorable”. Fue su primera toma de contacto, la necesaria aclimatación a la altitud, a 817 metros sobre el nivel del mar. “Es una auténtica bomba de relojería”. Su segunda prueba fue el 400 estilos, con “muy buenas sensaciones” y un meritorio noveno lugar, a un puesto de la final. Además, logró su primer récord de España, que llevaba sin batirse desde 2015 –lo tenía él mismo– por unos 11 segundos: 5m17s17 frente a los 5m28s38 anteriores. “Fue una gran prueba, pero tuve la sensación agridulce de quedarme a menos de un segundo de la final”.
Un calendario exigente
El calendario continuó con el 100 braza: fue décimo. “La posición está bastante bien y el tiempo es curioso, aunque no me he acercado al récord de España”. Los relevos dieron grandes alegrías al segoviano. Empezó con el 4×100 libres mixto. En las eliminatorias, batieron el récord de España en cuatro segundos, hasta 4m31s, el sexto mejor tiempo; en la final de la tarde, lo dejaron en 4m25s, lo que valió el quinto puesto y el primer diploma olímpico de De Frutos. “¡Por fin! Se me había resistido. Estoy muy contento”.
Fue un rodaje perfecto en la víspera de su prueba fetiche, el 200 braza, a la que llegó con confianza. Los resultados lo dejaron claro: nadó muy bien por la mañana y pasó a la final en sexta posición. En la final de la tarde fue séptimo, logrando su segunda mejor marca personal en la distancia, cerca del récord de España que él mismo posee. “Y todo eso, en altura”, pone en valor.
La decisión
Tras el día de descanso, afrontó el final de la competición con el 200 mariposa y el relevo 4×100 estilos mixto, un calendario que obligaba a elegir dónde poner los esfuerzos. “La decisión fue rascar el 200 mariposa para centrarme bien en el relevo”. El cuarteto nadó las eliminatorias por la mañana – De frutos hizo la posta de braza– y llegó un nuevo récord de España, con el sexto mejor tiempo. En la final, el segoviano nadó la posta de mariposa y el relevo bajó en casi 15 segundos el registro que ya había logrado por la mañana, hasta los 4m51s, logrando el quinto puesto.
Además del segoviano, en natación hubo otros tres representantes: Elsa Cuadrado (5ª en 100m braza, 6ª en 200m braza y en 400m estilos, y 7ª en 50m braza), Natalia Jaén (7ª en 800m libre) y Mario Guillén, que no pudo clasificarse para ninguna final individual.
Los Juegos, aplazados por la pandemia –estaban previstos para diciembre de 2021– sirven para que De Frutos cierre el círculo metiéndose en una final individual. En los primeros, en Sofía (Bulgaria) 2013, volvió satisfecho por el mero hecho de estar. Cuatro años más tarde, Turquía le dejó con la miel en los labios: bajó en tres segundos su marca del 100 braza y quedó noveno, a un puesto de la final, igual que en 200 braza, tras pasar demasiado rápido en el primer 100. Este mes ha cambiado sus historia. En casa tendrá un diploma que lo atestigüe.
