Francisco Ramsés Gil Tordesillas, más conocido por Ramsés, es el entrenador de la Gimnástica Segoviana C.F. que bien podría pasar por ser una copia del archiconocido míster del Atlético de Madrid, el Cholo Simeone. Al menos eso es lo que un servidor detecta cuando, ejerciendo su labor en los partidos, hace más kilómetros corriendo en la línea que el linier de turno. Solo le falta ataviarse con los pantalones, camisa, corbata y parca, todos negros a juego, que tradicionalmente lleva el Cholo.
No sé si es que yo, después de mi querida Gimnástica, soy atlético desde mi más tierna infancia, y por ello relaciono la personalidad de Ramsés en acto de servicio con las actitudes del entrenador rojiblanco. Si alguno de ustedes se fija detenidamente en Ramsés durante un partido, comprobará el nervio natural que le mueve, que le provoca un grito desfogado; o el continuo movimiento de brazos incitando a los jugadores a no perder la frescura de su juego, o el vocear la configuración de la defensa.
A Ramsés, como buen seguidor del Osasuna, ya se le veían maneras como jugador cuando desarrollaba el espíritu navarro, caracterizado con la garra, viveza y valentía jugando como lateral. Esa actitud la sigue practicando en la actualidad. No es para nada un técnico como don Tancredo, que algunas veces ha tenido el club segoviano a lo largo de su historia (ya saben quién era ese personaje: salía el toro y se quedaba impertérrito subido en un taburete delante del morlaco).
A fecha de hoy, aún no sabemos qué ocurrirá en el devenir inmediato de la Gimnástica; lo que sí se puede asegurar es que, a fecha de hoy, el segundo Cholo ha hecho las tareas y se merece aprobar el curso con matrícula de honor y mando en plaza.
