El pasado miércoles dio comienzo la Cuaresma, y aunque ayer fue domingo de piñata, ya saben, un día en el que se otorga licencia para divertirse antes de retornar al período cuaresmal, la Segoviana y la Cultural B apostaron decididamente por el ayuno y abstinencia propios de estos días, antes que por una fiesta futbolística que hubiera evitado el aluvión de bostezos que se vieron en la grada del municipal.
Azulgranas y leoneses afrontaban el partido con varias ausencias, pero posiblemente si ambos conjuntos hubieran presentado sus equipos de gala el partido se habría movido por los mismos parámetros, con la Segoviana tratando de tener el balón, y la Cultural B con dos líneas de cuatro jugadores muy juntas buscando un robo en el centro del campo para combinar rápidamente con Viola, una isla en ataque al que de vez en cuando acompañaba Mario Visa.
El equipo de casa notó la falta de ritmo de partidos tanto en la pareja de centrales como en la de mediocentros. Alex y Segovia estuvieron a punto de liarse con el balón en algunas ocasiones, y tanto Maroto como Yaco no aparecían lo suficiente en la medular como para generar peligro. Así que la principal opción de juego azulgrana pasaba por confiar en que Mario Molina pudiera bajar algún balón para superar así la primera línea de presión leonesa, y poder liberar algo más a los jugadores de ataque. La Cultural trataba de cerrar los espacios en las bandas, hecho que logró en no pocas ocasiones, pero a costa de no ser contundente por el centro, aunque los locales no tenían el día en los controles, y algunos pases que podían ser muy peligrosos buscando la espalda a la defensa, se marcharon largos, y otros directamente no se hicieron porque no se levantó la cabeza para aprovechar el desmarque del compañero.
Pese a que el juego azulgrana no era en absoluto fluido, todas las ocasiones de gol tuvieron signo local. Otero fue el principal estilete de los de casa, aunque tuvo el día negado de cara a puerta. A poco de iniciarse el partido, empalmó fuera un buen centro de Ramsés, antes de llegar al ecuador de la primera parte se plantó solo ante Kunny, pero no remató con claridad y permitió al portero rechazar el lanzamiento, y a la media hora de partido se encontró con un regalo de Javi de la Cruz en forma de pase con ventaja dentro del área, que no remató por esperar a que el esférico llegara a su posición en lugar de atacar el esférico.
El partido tuvo claro signo gimnástico en la primera mitad, y la Segoviana se hizo merecedora del gol, que llegó en una acción en la que Víctor Pérez vio el desmarque de Molina, y le entregó el balón para que el delantero azulgrana, en el mano a mano con Kunny, lograra el único gol del partido. La acción fue protestada por los jugadores del filial leonés, que consideraron que Molina estaba en posición adelantada cuando recibió el pase en profundidad.
Aún dispuso la Segoviana de una ocasión clara para haber sentenciado el partido con un segundo gol, pero De la Cruz, de nuevo solo ante el portero visitante, definió con la misma claridad que hizo Otero minutos antes, y con el mismo resultado, rechace del portero, y balón a saque de esquina. Tras el mismo, Yaco empalmó el balón con calidad, pero Kunny mostró sus buenos reflejos sacando el esférico en buena intervención.
La Segoviana, sin hacer un buen partido ni de lejos, había dispuesto de cuatro grandes ocasiones para marcar, mientras que la Cultural apenas había demostrado algo más que intención durante los primeros cuarenta y cinco minutos. Pero tras el descanso el partido bajó aún más de calidad, sobre todo en el bando local y los visitantes se vieron con opciones. Los azulgrana no dieron prácticamente una a derechas durante buena parte del segundo período, mientras que poco a poco los leoneses se fueron creciendo, hasta generar dos claras ocasiones de gol, las dos protagonizadas por Viola. En la primera Segovia llegó a tiempo para evitar el remate del delantero, solo ante Durán y en buena disposición para marcar. En la segunda el “9” de la Cultural encaró con fuerza la portería contraria, pero condujo tanto el balón que cuando se quiso dar cuenta ya se había echado encima de Durán, que sólo tuvo que recogerlo.
Maroto no tardó en ver que el equipo necesitaba aire fresco, sobre todo en la medular, y dio entrada tanto a Ferrero como a Roberto, que en cuanto entraron en el partido comenzaron a dinamizar el juego azulgrana hasta dejar a la Cultural B sin aliento. Tanto fue así que el equipo gimnástico apenas sufrió en los compases finales del choque, y aún pudo marcar un segundo tanto si Ferrero hubiera aprovechado mejor un servicio de Fran Dorado, de lo mejor en las filas locales a pesar de estar menos de veinte minutos sobre el terreno de juego.
Con los dos equipos físicamente tocados, ya que el césped de La Albuera no se encontraba en demasiadas buenas condiciones y el barro en algunas zonas obligaba a hacer un esfuerzo extra a los futbolistas, el partido se fue muriendo con el balón en el centro del campo, la Segoviana defendiendo con orden, aunque mostrando en algunas ocasiones falta de contundencia, y la Cultural B sin aire para apretar un poco más en ataque. La victoria azulgrana fue justa en un partido fácilmente olvidable.