Bajo la presidencia de Jorge Garbajosa, en el año 2019 la Federación Española de Baloncesto apostó por crear su propio Salón de la Fama, al estilo del ‘Hall of Fame’ de Estados Unidos, con nombre tan destacados como los de Epi, Corbalán, Juan Carlos Navarro, Arvydas Sabonis o Antonio Díaz Miguel entre otros.
Dos años de pandemia impidieron a la Federación proponer una segunda generación de integrantes de este Salón de la Fama, hasta que en este 2022 el ente federativo hizo pública la lista de los nuevos componentes de este selecto club, en la que se integra el segoviano Francisco Monjas dentro del capítulo de arbitraje.
Monjas, que comenzó su carrera como árbitro en 1968, fue árbitro profesional durante 21 años, los últimos 14 dentro de la ACB, retirándose en la campaña 96/97 tras haber dirigido multitud de encuentros, participando en un mundial femenino absoluto, en varios campeonatos de edad en el ámbito internacional, los primeros partidos de la ACB y hasta en diecisiete clásicos protagonizados por Real Madrid y Barcelona, para posteriormente pasar a ser director de arbitraje de la ACB hasta que en el año 2021 certificó su retirada, recibiendo un buen número de homenajes, el último de ellos en la Gala del Deporte Segoviano con uno de los premios a la trayectoria entregados por la Asociación Segoviana de la Prensa Deportiva.
Solo dos árbitros
Solo hay dos árbitros en el Salón de la Fama de la Federación Española de Baloncesto, Miguel Ángel Betancor y ahora Paco Monjas, que entra por méritos propios como los que atesoran José Manuel Calderón, Elisa Aguilar, Clifford Luik, Blanca Ares, Lolo Sainz o Aíto García Reneses entre otros.
Francisco Monjas se mostró “muy orgulloso” por haber sido incluido en este Salón de la Fama junto a muchos de los protagonistas de la historia del baloncesto nacional, para los que tiene palabras de elogio, “porque todos tienen unas trayectorias impecables. Tengo la suerte de haber compartido con ellos en muchos momentos importantes”.
El segoviano siempre recuerda con cariño a Ildefonso Rodríguez, “que fue el que me animó a empezar en el mundo del arbitraje”, y su memoria le lleva a aquel primer partido que dirigió en la pista de los Maristas “sin haber hecho siquiera ni un cursillo”. Mucho ha llovido desde entonces, y muy bien ha hecho las cosas desde entonces Paco Monjas para que su nombre entre en la historia del baloncesto español.
