La empresa pública Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea (AENA) planteará a los controladores aéreos recurrir a un arbitraje independiente si no se llega a un acuerdo que evite la convocatoria de huelga, según avanzó ayer su presidente, Juan Lema.
Lema esperaba que ayer se lograra un compromiso en la mesa de negociación -algo que no había sucedido al cierre de esta edición-, puesto que se han registrado avances, pero apuntó la posibilidad de acudir a un arbitraje si quedan puntos sin resolver.
Según el presidente de AENA, se trataría de un arbitraje voluntario al que se someterían las dos partes y el árbitro sería una persona de consenso.
Lema indicó que existe ya un pacto sobre la mayoría de los 12 puntos planteados por los controladores, y que de hecho siete de esas reivindicaciones están acordadas o muy cerca de ello, pero persisten las diferencias en dos aspectos: el salario y la jornada laboral.
AENA plantea una retribución anual media de 200.000 euros anuales, con una jornada máxima de 1.680 horas al año, con la aceptación de que la distribución de una forma flexible y adaptable a las necesidades del tráfico que cada centro de trabajo requiera.
Por el contrario, según AENA, los controladores reclaman una reducción paulatina de la jornada hasta 1.450 horas anuales en 2013. Según Lema, el gestor no se cierra a este planteamiento, pero precisó que, en ese caso, habría que renegociar la retribución y la productividad, ajustándolos a esa reducción.
Respecto al servicio exprés, una de las reivindicaciones fundamentales de los controladores, Lema dijo que la afirmación por parte de USCA de que se les obliga de esa forma a estar disponibles los 365 días del año, «no es cierta», porque tienen 45 días de vacaciones y las imaginarias solo se aplican cuando se sobrepasa el 15 por ciento de las ausencias.
Otro de los puntos negociados es el referente a la retirada de su puesto a los controladores que han cumplido 57 años, sobre ello, la directora de Navegación Aérea, Carmen Librero, señaló que se había llegado a un acuerdo.
Aquellos que son instructores o supervisores, mantienen su categoría, y a los otros controladores se les ofrece un nombramiento técnico para desarrollar una labor sin ejercer funciones operativas.
Por su parte, el presidente de la Unión Sindical de Controladores Aéreos (USCA), Camilo Cela, y el secretario de Comunicación, César Cabo, solicitaron ayer formalmente en el Ministerio de Fomento una reunión con el titular de ese departamento, José Blanco, la que éste se niega por el momento.
Los controladores, que acusaron a AENA de mantener una «actitud dilatoria», reclamaron que Blanco se implique más y les conceda unos minutos.
Además, indicaron que prefieren llegar a un acuerdo negociado antes de tener que acudir a un arbitraje, dado que «sería más beneficioso para ambas partes», según indicó el portavoz de USCA, Daniel Zamit, quien argumentó que recurrir a esa opción está en este momento «fuera de lugar», porque en un conflicto laboral es preferible llegar a un pacto entre los trabajadores y la patronal. No obstante, el miembro de USCA añadió: «No estamos cerrados a nada».
Según Zamit, se están produciendo «acercamientos» en la negociación, por lo que aseguró: «Estamos dispuestos a seguir el tiempo que haga falta para alcanzar una solución negociada», si es preciso, «veinticuatro horas seguidas».
Desde la Mesa del Turismo, que agrupa a una treintena de las principales empresas del sector, se exigió ayer a los controladores aéreos que no vayan a la huelga y acepten la propuesta de AENA de ir a un arbitraje independiente.
La entidad hizo un llamamiento a la responsabilidad «para evitar un daño irreparable al turismo y a la economía del país, así como a los millones de familias y de hogares que dependen en España de esta actividad».