El balance es desolador. Los muertos, entre militares y civiles, hace semanas que se cuentan por miles. Pero no es este el único “drama” que supone la invasión en Ucrania. Al mismo tiempo, se está librando “otra guerra” entre dos modelos distintos; el europeo, de libertad y democracia, y el ruso, en el que las libertades no se respetan y los valores democráticos no son vividos. Así lo aseguró ayer el director de la Fundación Valsaín y excomisario de Derechos Humanos del Consejo Europeo, Álvaro Gil-Robles, en el X Encuentro de Valores Democráticos y Fuerzas Armadas celebrado en el Campus María Zambrano de la UVa. “Se ha establecido un modelo dictatorial que se está enfrentando al modelo europeo de libertad, que no acepta esos comportamientos”, afirmó.
Es por ello por lo que Gil-Robles considera que el sistema que “trata de organizar” Putin se sustenta en la verticalidad del poder, con “unas instituciones falseadas, al no haber justicia independiente ni un verdadero Parlamento”. El excomisario europeo confía en que el modelo dictatorial de Rusia no salga reforzado tras la guerra, de manera que su “espíritu imperialista” sea derrotado pronto, para poder abrir una ventana a la “esperanza democrática rusa”. “Hay que trabajar para que los verdaderos demócratas que hay en Rusia puedan reconstruir su país”, señaló.
En cambio, por el momento, la nación de Putin sigue haciendo frente a una ausencia de valores democráticos. “Esta agresión demuestra que el Gobierno y el Ejército ruso son absolutamente desconocedores de lo que es la democracia y por eso actúan con esa violencia y agresividad”, manifestó el director de la Fundación Valsaín. Aunque, a juicio de Gil-Robles, este país no ha de “copiar” lo que hace Europa, sí debería “imbuirse” de los derechos y libertades fundamentales de las personas, recogidos en la Carta de la Naciones Unidas, una organización a la que Rusia pertenece.
Décimo aniversario
El Encuentro de Valores Democráticos celebró su décimo aniversario en un momento en el que cobra especial importancia su papel, dado que la invasión en Ucrania pone de manifiesto cómo se produce una agresión a un país independiente “sin que haya habido antes ninguna provocación ni justificación”.
Gil-Robles fue el encargado de realizar la conferencia inaugural de este Encuentro, en el que colaboran la Universidad de Valladolid y la Academia de Artillería. A pesar de que estaba prevista la asistencia del presidente de Unicef Comité España, Gustavo Suárez Pertierra, este tuvo que cancelar su intervención por el fallecimiento de un familiar. A los diferentes paneles, así como a la clausura, asistieron el rector de la Universidad de Valladolid, Antonio Largo, el vicerrector del Campus ‘María Zambrano’, Agustín García Matilla, y el coronel director de la Academia de Artillería, Alejandro Serrano.
Esta iniciativa fue galardonada con el Premio Nacional de Defensa 2020, en la modalidad de Docencia Universitaria, por su objetivo de favorecer el acercamiento y el conocimiento mutuo entre la sociedad civil y sus Fuerzas Armadas a través de la interacción entre universitarios y alumnos de la enseñanza militar. De esta forma, pretenden que “no haya trincheras que separen, sino un debate conjunto y respeto mutuo”, explicó Gil-Robles.
Vivir y defender la democracia
Desde que se pusieron en marcha en 2012, el propósito de estas jornadas es invitar a los jóvenes a reflexionar sobre la importancia de “conocer y sentir” que los valores que identifican a una democracia “no deben ser solo palabras, sino que hay que vivirlos y defenderlos cada día”, de acuerdo con Gil-Robles. De lo contrario, considera que el modelo de sociedad democrática europea, basada en el respeto a la dignidad y la libertad de las personas, se diluye y “está en peligro”. “Nunca seremos libres, si no respetamos esos valores”, sentenció.
La Fundación Valsaín nació en 2008 ante la preocupación por la crisis de los valores democráticos que atraviesa Europa y que parece haberse hecho más visible desde hace algo más de un mes. En su opinión, el continente ha de afrontar diversas dificultades, especialmente en los últimos años, con el impulso que están tomando “movimientos racistas, xenófobos o nacionalistas”. No obstante, Gil-Robles declaró que el sistema permite debatir en público esas situaciones, generar movimientos democráticos que los contrarresten y hacer que los ciudadanos “no se inclinen hacia posiciones extremas”.
Esas corrientes que niegan los valores democráticos y proclaman la desigualdad están también presentes en España. Por ello, entiende la actual polarización que se vive en el país como una “consecuencia natural” de una sociedad que tiene, desde hace años, una vida democrática, sometida a “grandes tensiones” económicas y sociales, lo que lleva a muchos a creer que “el sistema no les protege lo suficiente”. Es entonces cuando debe demostrarse la fortaleza de la democracia; “Esa es su grandeza, solo desde ella se puede trabajar para mejorar lo que tenemos”, alegó Gil-Robles, algo que resultaría impensable desde el modelo dictatorial que hay quienes tratan de implantar.
