Segovia a punto estuvo de ser una comunidad uniprovincial, pero por razones que no vienen al caso al final no se consiguió. Sin embargo, otras provincial de Castilla la Vieja sí lo hicieron, como Logroño (La Rioja) y Santander (Cantabria).
Pues bien, pasados ya más de 40 años, los beneficios que nos ha proporcionado estar dentro de la Junta de Castilla y León son cuanto menos cuestionables en materia deportiva. Tradicionalmente, nuestra relación competitiva ha estado vinculada con Madrid y sus alrededores. Ahora, por pertenecer a la Comunidad más extensa de Europa, de inicio hay que recorrer muchos kilómetros, que hay que completar con otros a la zona gallega y asturiana. Esto supone realizar costosos desplazamientos, poca motivación para los deportistas aficionados o el escaso interés para los patrocinadores al tener un mercado limitado. Son algunos condicionantes que impiden sacar adelante proyectos de envergadura en Segovia.
No quiero decir que no se pueda competir con los equipos de la actual Comunidad, sino que si tuviera Segovia el mismo trato que La Rioja o Cantabria se podría aspirar a tener una relación más cercana con Madrid. Los desplazamientos serían más cortos y baratos, los estudiantes segovianos se motivarían más a seguir jugando con sus equipos en los que se formaron, se podría fichar con más facilidad a jugadores de la capital o de las provincias limítrofes y los patrocinadores tendrían unas mejores expectativas comerciales.
Siento que cada vez el deporte segoviano es menos relevante y una de las causas puede ser el pertenecer a Castilla y León. Hay que abrir nuevos caminos, el equipo de rugby BigMat Tabanera Lobos ya lo ha iniciado.
