El pasado sábado asistimos al Teatro Juan Bravo para ver un texto de Lope de Vega en versión de José Carlos Méndez y Sergio Peris-Mencheta, y dirección de este último. Una coproducción de Barco Pirata y Compañía Nacional de Teatro Clásico.
La obra la estrenaron en julio del año pasado en el Festival de Teatro Clásico de Almagro. En ella se nos muestra a los famosos amantes de Verona: Julia y Rosendo, y otras dos parejas: Celia y Marín, Dorotea y Anselmo, que concluyen su amor con un final requeteféliz. A diferencia de la obra de Shakespeare, en la obra de Lope los amantes se encuentran en la cripta, y esto es estupendo, pues es lo que siempre deseábamos cuando veíamos la obra del dramaturgo inglés. Es posible que ambos, Lope y Cervantes, se inspiraran en un cuento que circulaba en la época de Mateo Bandello.
En la versión de este fabuloso equipo de actores, que además de interpretar el texto del siglo de oro, cantan, tocan instrumentos y bailan, los espectadores disfrutamos de lo lindo, pues si hay algo que sea contagioso esta es la alegría, y en esta puesta en escena, esta reconfortante emoción corre como un río, plena de generosidad y gracia. Este río tiene sus orillas: la estupenda escenografía diseñada por Curt Allen Wilmer y que se incorpora a la dramaturgia como un personaje más, además de contarnos muchas cosas en sí misma, juega con los actores. La constituyen dos muros, uno de la familia Castelvines, otro de los Monteses, estos dos paredones se mueven y les mueve: a los personajes, a sus situaciones y relaciones; coopera o se interpone, tiene dobles caras y espacios interiores, les eleva, les esconde o les vomita. Los intérpretes se encaraman, trepan, lo gatean, lo maúllan, se acercan o se alejan, se juntan o se separan.
Castelvines y Monteses nos viene a mostrar el triunfo del amor y de la vida. Por encima de muros, o saltándoselos, Julia y Rosendo, con quererse, ponen punto final a las historias familiares de hostilidad, peleas y separaciones. Lope de Vega, es un autor, como se puede comprobar en su inmensa producción,que está cargado de vida y deseo, es un eterno enamorado siempre joven en esto.
El trabajo de este equipo bebe también de otras fuentes: el cuento de Bandello, un poema de Quevedo, la fiesta barroca, la energía shakesperiana, las canciones italianas de Rita Pavone,D’Angiò y de Battiato, las creadas propias y la música. Con ello construyen este juguete festivo y divertido, dirigido a todos los públicos.
No era fácil la tarea que emprendieron, la de interpretar un texto del siglo de oro, con música, canciones, bailes y energía de otra época, la balanza podía inclinare de un lado u otro, cuando, sin embargo, debía de hacer un contrapeso logrado, para que lo uno no se comiera a lo otro, o viceversa. La noche del sábado, debido quizá a algunos problemas con el sonido, perdíamos a ratos el texto de Lope. O tuvo algunos momentos atropellados. Nos quedamos con la alegría: Caldo y sustancia de esta obra escénica alimentada por el amor, fuego del que proviene esa emoción. El equipo al completo de este espectáculo, con su buen hacer, avivó ese fuego para nosotros, espectadores; y la sustancia se dio. Bravo a todos ellos. Gracias.
FICHA TÉCNICA
Obra: Castelvines y Monteses.
Autor: Lope de Vega
Dirección y adaptación: Sergio Peris-Mencheta
Versión: Sergio Peris-Mencheta y José Carlos Menéndez (incluye textos de Francisco de Quevedo, William Shakespeare y Francisco de Rojas Zorrilla)
Música original: Ferran González, Joan Miquel Pérez, Xenia Reguant
Elenco, orquesta, coro y baile: Aitor Beltrán, Paula Iwasaki, Xoel Fernández, Óscar Martínez-Gil, Andreas Muñoz, Xabi Murua, Natxo Nuñez, Maria Pascual, Gonzalo Ramos, Ignacio Rengel, Jùlia Roch, Cintia Rosado, Almudena Salort. Covers: Nuria Pérez y Sergio Sanguino
Coproducción de Barco Pirata y Compañía Nacional de Teatro Clásico
Lugar: Teatro Juan Bravo
