La sexta ola de coronavirus ya dura más de tres meses, lo que la convierte en la más extensa de todas. A esta larga extensión hay que añadir que no parece próximo su final, más bien al contrario, ya que en las últimas semanas ha detenido su descenso e incluso parece que los contagios estén repuntando.
La evolución ha sido buena hasta esta última semana, cuando tras los Carnavales la tendencia empezó a mostrar signos de aplanamiento.
Durante los primeros quince días de marzo el patógeno abandonó gran parte de las zonas rurales, óptima situación a la que ahora se une casi toda la parte oriental de la provincia.
La zona este de la provincia se encuentra casi libre de coronavirus, con solo algunos municipios que remiten casos en las últimas dos semanas. Esta particularidad no es la primera vez que ocurre, ya que en casi todas las desescaladas de olas anteriores se ha dado este mismo fenómeno.
Esta buena noticia contrasta con la mala evolución de la zona noroeste, donde se están registrando las peores cifras de incidencia.
Esta zona noroeste concentra la mayor parte de los municipios que ahora mismo están en nivel de riesgo ‘muy alto’, el más elevado de todos.
A ella habría que añadir los malos datos de la capital y su alfoz, que aunque no presenta tasas de incidencia tan altas como la zona noroeste, sigue presentando valores muy elevados de contagios.
¿Existe alguna explicación para que una y otra vez se observe esta misma tendencia? Sí. Todas las olas han mostrado una predominancia por las zonas más pobladas, donde existe un mayor riesgo de expansión de la enfermedad. Esta sexta ola no ha sido diferente y las áreas con mayor densidad de población son las que rebajan los positivos de forma más sosegada.
Ahora la preocupación se centra en la evolución del virus, ya que está repuntando cuando todavía no se había dado por concluida la ola. Una situación completamente nueva.
Todas las anteriores habían tenido una desescalada ordenada, con una forma de campana o parábola muy marcada. La sexta ola rompe esta inercia.
En la provincia, los municipios que se encuentran en nivel de riesgo ‘muy alto’ ascienden a 30. Estos son: Honrubia de la Cuesta (único en la parte oriental), Torrecilla del Pinar, Olombrada, Cuéllar (que ha mantenido muy malos datos durante toda la sexta ola), San Cristóbal de Cuéllar, Mata de Cuéllar, Sanchonuño, Fresneda de Cuéllar, Zarzuela del Pinar, Navas de Oro, Navalmanzano, Fuentepelayo, Sauquillo de Cabezas, Torreiglesias, Torre Val de San Pedro, Collado Hermoso, Aldea Real, Aguilafuente, Mozoncillo, Carbonero el Mayor (de las más pobladas, la que mayor tasa presenta, con 1.239 incidencia a 14 días), Bernardos, Ortigosa del Pestaño, Martín Muñoz de las Posadas, Yanguas de Eresma, Cabañas de Polendos, Trescasas, San Cristóbal de Segovia (otra de las localidades más pobladas con una tasa de incidencia muy alta), La Losa, Ortigosa del Monte y Villacastín.
En el caso de la capital, la tasa de incidencia a 14 días se sitúa en nivel de riesgo ‘alto’, el segundo más grave, con 415 casos por cada 100.000 habitantes. Es previsible que si finalmente empezaran a aumentar las cifras de contagiados, esta localidad y su alfoz aglutine buena parte de los nuevos positivos. En la última semana, Segovia ha remitido 105 contagiados.
Muy pocos esperaban la sexta ola, pero todavía menos siquiera preveían que se extendiera por tanto tiempo. Algo más de tres largos meses. Y lo que queda.
