Este sábado día 19 de marzo, Día del Padre, más de 100.000 personas han llenado las calles de toda España en la manifestación convocada por Solidaridad y Vox contra el Gobierno por la subida de la luz, el gas y los carburantes, para decir basta ya.
Porque mientras los españoles con una inflación superior al 7%, que provoca una pérdida de poder adquisitivo sin precedentes en las últimas décadas y perjudica a las clases medias y más desfavorecidas, conocido como el impuesto a los pobres, el Gobierno aprueba un plan coincidiendo con el Día Internacional de la Mujer con una dotación de 20.300 millones de euros para políticas feministas transversales. Un insulto a todos los españoles, cuyo coste supondrá que cada español deberá asumir mas de 450 euros para políticas en contra de la figura paterna y de la destrucción de la familia. Qué contradicción y que desfachatez.
Por eso, hoy en el día del padre, quiero con el permiso de todas las madres, hablar de la figura paterna, parte fundamental en la creación de esa vida que debemos disfrutar como un regalo y un don divino. Hoy esa figura, el feminismo más radical que silencia a las mujeres que no obedecen, ha puesto su objetivo sobre el papel fundamental del padre y quiere destruirlo.
El padre es una figura fundamental para el desarrollo de los niños, y, según diversos estudios, los padres son mucho más que simplemente los segundos adultos. Los padres implicados traen múltiples beneficios a los niños que ninguna otra persona es capaz de aportar, es más, la poderosa influencia de un padre sobre sus hijos es única e irremplazable y la ausencia de dicha figura, provoca agresividad y mayor fracaso escolar.
Ya no se busca atacar la familia desde afuera, sino que lo hacen desde dentro
Hoy el feminismo radical está amasado de supremacismo, resentimiento e ideología de género con tintes claramente marxistas, cuyo objetivo es sacar la imagen del padre de la estructura familiar, de tal forma que la ausencia paterna es una mayor garantía de figuras antisociales.
Hoy la estrategia ha cambiado, ya no se busca atacar la familia desde afuera, sino que lo hacen desde dentro, pretendiendo justificar que todo es familia.
Se busca idealizar “lo nuevo” presentándolo como mejor que lo anterior: nuevas familias, nuevos géneros, nuevas infancias. Es el encanto de lo nuevo, que busca deconstruir todo lo que sea viejo y generar un daño en la identidad de las personas y de las instituciones tradicionales.
El fin, es crear individuos débiles, conflictuados, a quienes se le anulan las capacidades críticas. Se le elimina la inserción en grupos, se busca un individuo atomizado, evaporado y aislado que es mucho más manipulable. El plan es perfecto.
Contra ese plan, y esas políticas feministas, en el día del Padre y de San José, quiero resaltar la figura del padre y su importancia, y el ejemplo que todo padre debe seguir como hizo San José con la Virgen y con Jesús que es el de servicio a la esposa y a sus hijos.
(*) Diputado de Vox por Segovia.
