El alcalde de Segovia, Pedro Arahuetes, dio a conocer ayer una sentencia de la Sala de lo Contencioso Administrativo del Tribunal Superior de Justicia (TSJ) de Castilla y León, que avala que el autobús eléctrico que presta servicio en el casco antiguo de Segovia pase bajo los arcos del Acueducto, al rechazar el recurso de la Junta de Castilla y León contra la sentencia que, en primera instancia, ya dio la razón al Ayuntamiento de la capital.
Como se recordará, la Delegación Territorial de la Junta, siendo su titular Luciano Municio, dictó una resolución en junio de 2009 prohibiendo el paso del minibús eléctrico bajo los arcos del Acueducto, por entender que podía ser peligroso para la integridad del monumento, fundamentalmente por las vibraciones que se podían transmitir a los sillares.
El Ayuntamiento, que siempre ha entendido que este vehículo, por sus características, no comporta riesgo alguno para el Acueducto, recurrió primero a la Consejería de Cultura, concretamente a la Dirección General de Patrimonio, y después a los tribunales, consiguiendo una primera sentencia favorable del Juzgado de lo Contencioso Administrativo de Segovia, decisión que fue apelada por la Junta.
El TSJ ratifica la sentencia dictada en primera instancia y señala que “las únicas medidas restrictivas impuestas para proteger el monumento las ha impuesto el propio Ayuntamiento a través del decreto de 1992 [por el que se prohibió el tráfico bajo el Acueducto], que protegen más eficazmente el monumento que las que haya podido adoptar la Junta”.
La Sala entiende además que, antes de tomar una medida de ese calado, la Junta tendría que haber realizado “un mero análisis comparativo de los daños que puede causar el paso del microbús, en comparación con los vehículos que atraviesan los arcos para acceder a los garajes privados existentes, así como los daños de vehículos de de mucho más tonelaje” que paran a escasos metros del monumento.
“Realmente, la posible intervención que el paso del autobús pueda realizar en el monumento es indirecta, pues ni siquiera toca el monumento; además no parece que la intervención cause daño alguno, pues se está permitiendo por la Administración autonómica que otros vehículos pasen bajo los arcos, lo cual lógicamente no permitiría si supusiese un peligro”, dice la sentencia, que muestra su convencimiento de que las dos administraciones “van a prestar su cooperación para preservar al máximo” el Acueducto.
