Con la esperanza de volver a los éxitos de antaño, el nuevo entrenador del Barcelona, Luis Enrique Martínez, aseguró ayer durante su presentación que empezará a «construir un nuevo Barça» con la intención de recuperar la mejor versión de sus jugadores y del grupo, para lograr títulos, pero «no de cualquier manera».
«Es un día muy especial en el que empezamos a construir un nuevo equipo. Un bloque que recoja todos los resultados que buscamos», aseguró ante los medios y delante del presidente blaugrana, Josep María Bartomeu, y el director deportivo, Andoni Zubizarreta.
Para el asturiano, éste es un día en el que «se cumple todo a lo que aspira un entrenador». «El Barça es el primero que confió en mí cuando no tenía ninguna experiencia. Sé la dificultad que tiene el proyecto», añadió el exjugador, que inicia su tercera etapa barcelonista tras ser futbolista y técnico del filial previamente.
Además, tiene muy claro lo que espera de él mismo. «Un técnico es un líder. Su capacidad se puede medir en muchos aspectos, ya no solo tácticos, sino a la hora de gestionar egos y un grupo, de motivarlo, es mucho más que poner a once jugadores», apuntó.
«Voy a gestionar a los jugadores como lo pude hacer en el Barça B, en la Roma o en el Celta. Son personas, les admiro como socio y aficionado, pero como entrenador, mi objetivo es ayudarles. No necesitan mano dura, necesitan comunicación, ir todos juntos de la mano, que entrenen bien», argumentó sobre el estilo que pretende imponer.
Lejos de coger al equipo en buena forma, Luis Enrique cree poder devolver al grupo al camino del éxito. «Venimos de una época muy mala después de haber sido un referente mundial, y eso genera que el nivel de exigencia sea mayor. Y es difícil acostumbrarse a otra cosa. Afronto ese reto sabiendo que los títulos son los que mandan, pero no de cualquier manera. No valen títulos jugando al patadón, lo sé desde que llegué en el 96 a este club, y lo acepto encantado», se sinceró.
«El primer objetivo es que en el equipo, gane o no, se vean patrones de juego, que se pueda decir que el equipo está trabajado, que vaya a por el partido. Por suerte, esto ya lo tengo y caigo en el sitio justo. Mi trabajo es que brillen al máximo, todos no van a jugar, pero me encanta que haya competencia, que se enfaden porque no juegan pero que luego lo demuestren en los entrenamientos, porque hará al equipo más fuerte», argumentó en este sentido.
Al ataque
Y, precisamente sobre el estilo de juego, no tiene dudas; serán ofensivos. «Jugaremos al ataque. Es un fútbol atractivo, que ha enganchado a miles de personas. Me veo capaz, puedo aportar cosas al club, para mí es fácil. No hay cosa mejor que tener el balón para defender. La idea está asentada, pero hay que ir evolucionándola», admitió.
Respecto a Messi, se mostró ilusionado por recuperar su mejor versión. «Va a ser un referente único y lucharé por ello. También con Iniesta, Neymar y los jóvenes. A estos les vamos a exigir mucho, que lo demuestren cada día», desgranó. «Estoy encantado de tener el mejor jugador del mundo en la plantilla. Siempre ha dicho que le gustaría acabar su carrera en el Barça, así que fantástico. Es cierto que su rendimiento esta temporada no ha sido tan increíble como en otras, pero sigue siendo un número uno», apostilló.
Por último, Luis Enrique también se refirió al futuro de Xavi, «un amigo», aunque fue parco en palabras, recordando que ahora tiene Mundial. «Nos sentaremos a hablar para ver por donde van los tiros de todos», indicó enigmático, mientras que de Javier Mascherano fue más claro. «Es un ejemplo claro de lo que debe ser un capitán. Los buenos e importantes nos los quedamos todos», recalcó.
«Tenemos que decidir y valorar, los jugadores deben saber que años en el Barça no pasan de cualquier manera. Va a haber cambios», sentenció.
