El colegio de Aldea Real tiene once niños; con uno más, tendría dos profesores fijos. Pero la vida de un centro rural depende de cada añada, y el próximo curso tendrá dos menos, pues están en sexto y terminan Primaria. Así que la llegada de una familia ucraniana, además del fin solidario de asistir a víctimas de una guerra, supone un incentivo para un pueblo deseoso de recibir alumnos. Es un caso paradigmático de lo que significa la llegada de refugiados; lejos de ser un lastre, representan una oportunidad. Un soplo de vida para la España Vaciada.
Muchos pueblos están ofreciendo sus viviendas para alojar a quien lo necesite. Aldea Real dispone de una casa, pero pertenece al Obispado de Segovia. Lleva vacía unos dos meses; la ocupó un matrimonio colombiano con hijos que ya ha conseguido un trabajo estable en unas marraneras del municipio y ha pasado a costearse de forma autónoma el alojamiento. Tienen tres hijos, así que tres niños más para un pueblo que no tiene a su cura, convaleciente tras un ingreso en el hospital, así que el Ayuntamiento está pendiente de conversar con el Obispado sobre este tema y sobre la posibilidad de poner esa casa a disposición de los refugiados.
Cada pueblo ofrece lo que puede. Navalilla dispone de un piso aún por acondicionar. “Yo no me iría a vivir, pero mejor que estar en la calle… El piso no tiene calefacción, pero desde el Ayuntamiento intentaríamos buscarles una de leña y les llevaríamos la comida y lo que haga falta”. Se trata de una vivienda municipal que lleva cuatro meses sin huéspedes y que el Consistorio, tras tener problemas de impagos, había decidido no volver a poner en el mercado, al menos de momento. Pueblos de la zona como Cabezuela, Fuenterrebollo, Sebúlcor, San Pedro de Gaíllos o Cantalejo se han reunido para plantear iniciativas conjuntas que permitan destinar fondos a Ucrania; desde viviendas a cualquier acto benéfico.
Reuniones
Muñopedro tratará estos días el asunto con sus vecinos para ver qué pueden conseguir. El municipio no dispone en estos momentos de vivienda pública disponible, pues las que tiene están alquiladas. “Casas vacías sí que tenemos, pero son de particulares. Hablaremos con los vecinos a ver si alguien quiere ofrecerla”, explica su alcalde, José Antonio Velasco. “Vamos a ver cómo podemos ayudar. Hay gente que quiere acoger niños o que quiere ayudar con lo que pueden. Nosotros preguntaremos qué productos hacen falta y compraremos lo que podamos para llevarlo”.
Las calles de Pedraza causarán a buen seguro una buena impresión a los ucranianos que las pisen por primera vez. “Hay que ver en qué situación queda esta gente. Si les dan permiso de trabajo, aquí habrá empresas particulares y se necesita gente en el Ayuntamiento”, explica su alcalde, Pedro Martín. Los sectores que más demanda de empleo generan ahora en el pueblo son la hostelería y la construcción. El Consistorio dispone de una vivienda municipal para acoger a una familia. “No es que sea la mundial, pero es una vivienda digna. Si hay que ayudar, ayudaremos de la manera que podamos. Ahora mismo hay necesidad de mano de obra. Y si pueden trabajar, aquí no les va a faltar trabajo”.
ONG
Villacastín ha sido uno de los pueblos más activos en la recogida de alimentos. Su alcalde, Julio César Sánchez, pone en valor cómo los voluntarios están trasladando comida y otros productos al antiguo parque de bomberos de Segovia desde la semana pasada. El Ayuntamiento dispone de oferta pública y está manteniendo conversaciones con ONG para dar un trato adecuado a los ucranianos que lleguen. Porque no faltan candidatos en el pueblo para acoger a cualquier refugiado que necesite cobijo. Ni viviendas, tanto públicas como de algún particular que ya ha dado el paso adelante. “Yo lo quiero hacer bien, para que el que se quede aquí en el pueblo esté bien cuidado”, subraya el regidor, que pide a la Junta o al Gobierno que se encarguen de organizar el reparto de migrantes.
Turégano también está barajando sus opciones. Su castillo no desmerecerá tampoco como estampa de acogida. El Ayuntamiento tiene prevista para estos días una reunión con la parroquia, el colegio y el AMPA. “Tenemos alguna vivienda. Miraremos a través de la parroquia o de alguien que la quiera ceder, aunque luego sea el Ayuntamiento el que pague el alquiler. Estamos viendo cómo lo hacemos”, subraya su alcalde, Juan Montes.
Otros municipios tienen voluntad pero no disponen de medios. “Nosotros de momento no tenemos ninguna vivienda para poder suministrarla”, explica el alcalde de Garcillán, Javier Gómez. El mismo problema tiene Navafría. “Tenemos casas municipales, pero ahora mismo las tenemos todas ocupadas. Sí que lo habíamos planteado, pero tenemos contratos en vigor”, explica su alcaldesa, Jennifer Berzal, que ha trasladado la propuesta a la Comunidad de Villa y Tierra de Pedraza y mantiene conversaciones habituales con municipios vecinos como Sotosalbos o Aldealengua de Pedraza.
La Junta de Castilla y León trasladó al Gobierno un cálculo de 305 plazas disponibles en la provincia para acogidas a ucranianos, el tercer mejor dato de la Comunidad. El inventario aumenta cada día: ante la crueldad de la guerra, política de brazos abiertos.
