Desde hace 33 años, la ofrenda de flores y frutos a la Virgen de la Fuencisla constituye uno de los actos más emotivos y participativos del novenario dedicado a la patrona de Segovia. Colectivos, asociaciones y particulares suman sus esfuerzos con el denominador común de la devoción a la virgen para expresarla en forma de donaciones de productos que van desde las hortalizas a la repostería. Fieles a su cita, los segovianos participaron ayer de forma masiva en la ofrenda que comenzó con la tradicional concentración de los participantes en el Azoguejo. Acompañados por la música de la Escuela de Dulzainas y de la escuela de dulzainas del Cristo del Mercado, el cortejo enfiló la calle real encabezado por la alcaldesa de las fiestas, Verónica Robledo, acompañada de sus damas, y seguida por el resto de agrupaciones y asociaciones participantes.
A las seis de la tarde, el cortejo entraba por la Via Sacra de la Catedral acompañado por la alcaldesa de Segovia, Clara Luquero, así como por una amplia representación de ediles de la corporación municipal y el general director de la Academia de Artillería, Alfredo Sanz y Calabria. En el altar les esperaban el obispo de Segovia, Ángel Rubio junto al deán de la Catedral, Angel García Rivilla, que dio la bienvenida al grupo de oferentes antes de iniciar el acto.
La presidenta de la Real Cofradía de Nuestra Señora de la Fuencisla, Julia González-Herrero, se dirigió al público para explicar el sentido de la ofrenda, con el que la cofradía pretende «honrar a la reina de Segovia en su palacio, que es la Catedral«, y animó a los segovianos a tomar parte activa en esta celebración popular.
El coronel jefe de estudios de la Academia de Artillería, Javier Alonso Bermejo, fue este año el responsable de poner en común el sentimiento de devoción popular con la lectura de la ofrenda, cuajada de recuerdos personales como segoviano y artillero con los que simbolizó el estrecho vínculo de unión de Segovia con la Artillería. Con palabras en ocasiones emocionadas, aludió a los tres motivos principales de la ofrenda -la luz, el pan y el vino- y concluyó apelando a la protección de la Virgen para el futuro.
Posteriormente, las asociaciones y colectivos fueron entregando sus ofrendas, embaladas convenientemente por los voluntarios de la cofradía para ser repartidas después a los centros asistenciales y residencias de religiosas de la capital.
Cerró el acto el obispo de Segovia, Ángel Rubio para agradecer este gesto de la ciudad hacia su patrona que redunda directamente en los menos favorecidos, y pidió a los segovianos que sigan cercanos a la virgen para poder perseverar en la fe de la Iglesia Católica.
