La Gimnástica Segoviana está ante los once partidos más trascendentes de su historia reciente. Sin exagerar. En situación incómoda, que no dramática, el equipo de Segunda RFEF sabe paliar su manifiestamente mejorable rendimiento como foráneo con una aceptable solvencia en su feudo. Y es ahí, en La Albuera, donde la Sego debe seguir avanzando hacia la permanencia. No quiero pensar en los encuentros extra si resulta que ‘toca’ play out, que eso sí sería un drama. Vamos viendo.
Conscientes del trascendental apoyo de la afición en los últimos partidos, la directiva sigue con iniciativas encaminadas a poblar las gradas del Municipal olvidándose del quebranto económico que supone rebajar el precio de las entradas. No hay mayor colapso que volver a Tercera. Como no podía ser de otra manera, la respuesta de los aficionados es ejemplar y son pocos los campos de la categoría con más espectadores que el coso gimnástico.
Es momento de unir fuerzas. Los jugadores, sacando adelante los partidos a casi cualquier precio y los aficionados, por su parte, mostrando apoyo sin fisuras a sus representantes. El que no esté dispuesto a mostrar un respaldo efectivo, que lo vea por la tele o lo escuche por la radio. Y que no envenene. Ya llegará la Asamblea y entonces será el momento de rendir cuentas. Y un mensaje de ánimo a los juveniles del División de Honor que hacen lo que pueden en una liga infernal.
Por último y tornando a algo importante, me uno al dolor de las familias que por todo el orbe sufren la cobardía del que encuentra en la fuerza bruta herramientas para imponer su criterio. No a la guerra.
