Toda buena borrachera conlleva una buena resaca, esto tienen los políticos después de las elecciones que se celebraron el día 13 en la comunidad autónoma de Castilla y León .- dolor de cabeza similar al de la resaca.
Algunos de festejarlo y otros por no saber cómo digerir este caramelo amargo. Que si pacto o no pacto, que si cordón sanitario, que desde la comunidad autónoma que sí, pero desde Madrid, que no. ¿Pero a qué puñetas jugamos?¿qué somos? Fichas del ajedrez donde al ciudadano de a pie le toca ser el peón, esa pieza que se puede sacrificar por el bien del Rey. Y los políticos de nuestra autonomía, ¿qué son? Alfiles que juegan en diagonal o caballos que pueden saltar por encima de todo; no serán las torres – porque aparecen en la bandera de la autonomía – una pieza útil en los enroques para proteger a la figura principal, con movimiento de izquierda a derecha y de adelante a atrás.
Y no quiero pensar que tengamos que repetir las votaciones, como si los inútiles fuéramos nosotros por no haber sabido hacerlo bien la primera vez.
Total, que nos quedamos en Cuéllar sin el centro nuevo de salud – que algunos daban ya por casi construido – sin presupuestos en toda la comunidad y sin poder reclamar al gobierno central un mejor reparto de los fondos europeos. ¿De quién es la culpa?
