El español Rafa Nadal barrió en el primer set a su compatriota Pablo Andújar y aguantó su reacción en el segundo (6-0, 6-4) para alcanzar una nueva final en el Masters 1.000 de Madrid, donde regresa después de su derrota en 2011 ante Novak Djokovic para buscar su tercer título en la capital, que espera sellar en la final de hoy ante el suizo Stanislas Wawrinka, que eliminó al checo Tomas Berdych.
El mallorquín sigue con su espectacular racha desde su vuelta a las pistas a principios de año superada su lesión de rodillas que le mantuvo apartado del tenis siete meses. Con este triunfo en la Caja Mágica, el balear alcanzó su séptima final de otros tantos torneos disputados, y buscará su quinto título en 2013. Andújar no pudo hacer nada ante un Nadal mucho más ‘enchufado’ que ante David Ferrer en cuartos, sin altibajos y sin apenas dar opción al tenista conquense, superado por el reto.
Y es que el manchego apenas existió en la primera manga. Su gran derecha y su mejora en el saque, que le han llevado a un gran tenis y a unas históricas semifinales en un Masters, se encogieron ante el vendaval del mejor tenista sobre tierra batida. Las bolas de Andújar se estrellaron en la red una y otra vez y los intercambios eran todos para el manacorí. Así, sin dejar levantarse a su rival, Nadal acumuló un ‘break’ tras otro hasta adjudicarse la primera menga en blanco (6-0).
El hecho de no perder su saque en el primer servicio del segundo acto dio algo de optimismo a Pablo Andújar. La mejoría mental y la vuelta de la confianza que demostró al ganar a Kei Nishikori (verdugo de Roger Federer) se notó. Se agarró al partido para no dejar una presencia testimonial. Sacudida la presión, comenzó a soltarse con la derecha y mejoró su saque, quedando solo pendiente poner en apuros a Nadal.
El momento del conquense llegó en el sexto juego, con hasta tres bolas de rotura a favor, pero el número cinco del mundo no le dio opción (3-3). Posteriormente, y a pesar de la defensa numantina de Andújar, con uno de los intercambios más bonitos del torneo, el pupilo de Toni Nadal sumó una rotura clave para dejarse el pase a la final en bandeja (5-4). No falló a continuación y selló un cómodo pase a la final, donde buscará su vigesimotercer título en un Masters 1.000.
A la conclusión del encuentro, Nadal mostró su alegría por alcanzar la final. «Volver a estar aquí en casa, en Madrid es un sueño hecho realidad. Estoy muy contento y agradecido por lo que he podido completar durante esta temporada. Estar en la final de este Masters me hace especial ilusión, ahora solo queda esperar a la final», comentó el balear, que recordó que, «tras la lesión no habría soñado lo conseguido hasta ahora».
«Los resultados están siendo inmejorables, cinco meses atrás no hubiéramos soñado con lo que me está pasando. Estoy muy agradecido por el apoyo durante estos meses», precisó.
Su rival por el título será el suizo Stanislas Wawrinka, que se impuso por 6-3, 4-6 y 6-4 al sueco Tomas Berdych tras remontar una desventaja de 4-2 en el tercer set.
El helvético viene de ganar el torneo de Estoril y de ser finalista en Buenos Aires. Está practicando el mejor tenis de su vida, es uno de los jugadores más en forma del circuito, pero su rival será un exnúmero uno del mundo que está considerado como el mejor tenista de la historia sobre arcilla.
Difícil misión para un Wawrinka que, si mira la estadística, no invita al optimismo: las ocho veces que se ha enfrentado al mallorquín, nunca pudo con él.
Por otro lado, en el cuadro femenino del torneo madrileño, la estadounidense Serena Williams, que derrotó a la italiana Sara Errani (7-5 y 6-2), y la rusa Maria Sharapova, que se deshizo de la serbia Ana Ivanovic (6-4 y 6-3) lucharán por el título.
