El resultado de las elecciones de Castilla y León han sido un bálsamo de esperanza para 212.605 castellanos y leoneses, que demuestran cómo la defensa de valores como la libertad, la familia, la vida y nuestra soberanía han sido despreciados por los partidos de siempre, y solo un partido los defiende, Vox. Este resultado debe valorarse y permitir que Vox impulse las medidas necesarias que permitan una recuperación de aquellos valores denostados y olvidados.
Llevamos años observando cómo los políticos de siempre no solo han despreciado dichos valores, sino que también han renunciado a sus principios, agarrados al sillón de turno y dejándose llevar por las tendencias que marcan las élites. Hoy, la mentira, el engaño y la manipulación se han convertido en el ADN de la mayoría de los políticos, provocando la desconfianza de millones de españoles.
Por este y otros motivos, Vox presentó en octubre del 2020 una moción de censura para que el peor Gobierno de la historia de España se marchara. Un Gobierno, el de Sánchez e Iglesias, que luego dejaría fuera de la ley el Tribunal Constitucional por el cierre de la Cámara Baja en las primeras semanas del primer estado de alarma, prohibiendo celebrar sesiones de control al Gobierno en un momento crucial para España, además de las dos sentencias de los estados de alarma ilegales.
Desde entonces, España sufre una situación gubernamental y política que diariamente daña la imagen institucional dentro y fuera de nuestras fronteras, y que a los ojos de los ciudadanos no pasa desapercibida. Por ello, es necesaria una alternativa al Ejecutivo de la ruina, la mentira y la traición, que seguirá vendiendo a España por seguir un día más en la Moncloa.
Estamos frente a Sánchez y todos los españoles saben que en Vox solo queremos el bien para España, y no nos aprovechamos de los males ajenos, al contrario, porque lo que es malo para España, es malo para Vox. Por eso, no es casualidad que Vox siga creciendo y cada día más españoles le otorguen su confianza, ya que la ejemplaridad y la dignidad que está demostrando es signo de identidad de muchos españoles.
Seguiremos buscando la ejemplaridad y la dignidad en nuestros representantes públicos
Hay principios o valores que deben estar por encima de cuestiones de prestigio, dinero o poder si uno quiere mantener su dignidad, y la dignidad debe ser patrón común de todo representante político. No nos resignamos, así que seguiremos buscando la ejemplaridad y la dignidad en nuestros representantes públicos, por ello no podemos permitir que la política, como bien común y de servicio a los españoles, sea parte del problema y no la solución.
España -y lo hemos visto las últimas semanas de primera mano en tierras de Castilla y León– agoniza frente al consenso del resto de partidos que se materializa en la Agenda 2030. Un proyecto que ahonda en los males que nuestra nación sufre desde hace cuatro décadas: desindustrialización, desempleo, caída de la natalidad y pérdida de la soberanía. Para todos estos problemas los entusiastas del roscón multicolor tienen un plan: importar inmigración ilegal masiva para abaratar la mano de obra y sustituir la población autóctona.
No lo permitiremos. Porque, como dice nuestro presidente Abascal, cualquier cosa mala para España, también lo es para Vox.
(*) Diputado de Vox por Segovia.
