La Gimnástica Segoviana se ha metido en un buen lío por culpa de la ‘regularidad’ que está ofreciendo en sus partidos como visitante, apartado en el que ya es el segundo peor equipo del grupo solo por detrás del colista Ceares. Este hecho está obligando al equipo azulgrana a echar el resto en los partidos que juega como local y cuando no consigues sumar los tres puntos en La Albuera, como ha sucedido en las dos últimas jornadas, la clasificación se resiente de una manera extraordinaria, como se ha reflejado en la presente semana después de la dolorosa derrota en Arosa.

No es la primera vez que la Segoviana se deja puntos en los tramos finales de los partidos, lo que en un primer análisis lleva a pensar que físicamente el equipo no parece atravesar por su mejor momento, pero que también puede ofrecer otras lecturas como la de la presión que tiene el plantel por no perder lo que se ha ganado durante todo el partido y que le lleva a retrasar las líneas y cometer errores. La Segoviana, ya se ha comentado anteriormente, no es un equipo hecho para defender y contragolpear, sino para controlar los partidos a través de la posesión. Y cuando los rivales, que en esta categoría ya son de entidad, te discuten esa posesión, el equipo sufre demasiado.

Más allá de las sensaciones

Así que el conjunto gimnástico llega a la vigésimo segunda jornada de la liga regular con la necesidad de ganar al Langreo si no quiere entrar en depresión. La fortaleza en casa es el clavo ardiendo al que se está agarrando la Gimnástica para no verse desahuciada en la tabla, y por ello la presión va a ser mayor. Manu González afirmó, y con razón, que “tenemos la permanencia al alcance”, pero ello pasa inevitablemente por ganar partidos. Más allá del asunto de las sensaciones que pueda ofrecer el juego del equipo, cuando te encuentras en una posición tan mala en la tabla entrada ya la segunda vuelta de la liga, suele importar bastante más el qué (ganar) que el cómo (lo consigas).

El equipo azulgrana ha puntuado en siete de los diez partidos que ha jugado en La Albuera, y necesita seguir sumando

El rival que llegará a La Albuera es el Langreo que entrena Samuel Baños, y que el pasado fin de semana pasó por encima del Llanera, al que superó con claridad para sumar 30 puntos, a uno solo de la fase de ascenso a Primera RFEF… pero a solo cinco de la fase por la permanencia, buena muestra de lo igualada que está la competición y lo importante que resulta poder enlazar un par de resultados favorables para poder adelantar posiciones en la clasificación.

Bien posicionado en un sistema con tres defensas y dos carrileros, el equipo asturiano se ha asentado en la zona media de la clasificación, y aunque su técnico ya avisó del peligro de la Segoviana “porque por potencial y por su situación clasificatoria es doblemente peligroso”, llegara al municipal con la intención de ser paciente y aprovecharse de la ansiedad de la Segoviana por ganar el partido para tratar de aprovechar la velocidad de jugadores como Dorian.

Diversas alternativas

Con Javi Marcos pasando la sanción por su expulsión en Arosa, y Diego Gómez recuperándose de un problema en su rodilla operada que en principio no reviste gravedad, pero que le tendrá algún tiempo entrenando a menor ritmo, Manu González tendrá que hacer solamente un descarte en la convocatoria. El técnico maneja algunas alternativas en el once, con las dudas de Rahim o Rubén en el lateral izquierdo, el primero con mucho desborde y el segundo con un cambio de juego que no tienen muchos en la plantilla, además de Manu o Juan de la Mata en el centro del campo, más posicional el capitán azulgrana, más dinámico en la salida del balón el canterano.

No solo la paciencia será importante para atacar un sistema defensivo tan poblado como se prevé que ponga en juego en Langreo, ya que la precisión en los pases apunta a otra de las claves del partido. El campo de La Albuera presenta unas condiciones en las que rasear el balón y que este no acabe dando botes como un conejo asustado roza el terreno de la utopía, y este hecho no es algo que precisamente favorezca el fútbol gimnástico. Pero ya se sabe cómo está este terreno de juego en invierno, y el capítulo de las excusas hay que empezar a dejarlo para otros libros. Bien lo saben jugadores y técnico, porque la afición de la Segoviana ya ha comenzado a dar síntomas de haber perdido la paciencia. Y tener a la afición en contra es algo que la Gimnástica Segoviana no se puede permitir.